Creía que el amor se regalaba

El otro día me asustó una persona buena. Era tan buena, tan buena que se enfadaba mucho cuando la gente era mala. Porque la gente a veces no le daba lo mismo que ella les daba. A veces incluso no le daban nada. Y eso a mi amiga la buena le molestaba. Porque ella era […]

El otro día me asustó una persona buena.

Era tan buena, tan buena que se enfadaba mucho cuando la gente era mala. Porque la gente a veces no le daba lo mismo que ella les daba. A veces incluso no le daban nada. Y eso a mi amiga la buena le molestaba. Porque ella era muy buena. Pero buena, buena. Y le obligaban a cagarse en todo y a maldecir con ganas. Y se quejaba de aquellos que recibieron su amor y su tiempo cuando lo necesitaban y después recuperados ni las gracias le regalaban. Y conmigo se desahogaba, y que si los otros esto y que si las otras aquello y que qué pocas ganas de dar todo por nada.

Y yo me asusté.

Porque había pensado ,hasta entonces, que el amor, se regalaba. Y que no hay intercambio. Y que la gente no tiene que darte nada. Y que si decides dar, da con ganas . Y si después de dar , te dan la espalda, alégrate de haber podido dar

con todas tus ganas.