La licenciada en Educación Escolar, Adriana Ogazón Fuentes, ha dedicado 25 de sus 30 años de servicio a ser maestra en una escuela rural en la comunidad Cerrillo El Hospital, en el municipio de Villa Victoria, Estado de México.
Es oriunda de Toluca y reside en Capultitlán. Diario sale de su casa a las 7:15 de la mañana para poder llegar a las 8:30 para la llegada de sus alumnos.
La maestra Adriana siempre ha viajado en transporte público hacia su trabajo, toma un autobús y un taxi colectivo para llegar a su destino. Ya está acostumbrada al traslado, que le toma poco más de una hora, pues la distancia que recorre es de alrededor de 30 km y está agradecida de que en todos estos años no ha tenido ningún accidente.
Fotos: Javier del Villar
El Jardín de Niños “Profesora María Elena Rosales Vargas”, al igual que ella, lleva 25 años sacando adelante a las nuevas generaciones.
Actualmente, la maestra Adriana está a cargo de la escuela, es la directora y además profesora de tercer grado. Junto con ella solo laboran dos profesores más: la maestra de multigrado, que atiende primero y segundo de preescolar, y el maestro de Educación Física, a quien le pagan los padres de familia. Así como la señora que ayuda con el aseo y otras tareas.
Su trabajo la llena de vida. Convivir con los niños, dice, es una experiencia nueva cada día, “nos dedicamos a ellos y disfrutamos de su espontaneidad. Les enseñamos un poco de todo, conocimientos básicos, aunque la mayoría del trabajo preescolar es con base en juegos”.
Su primer trabajo fue en una escuela particular, donde estuvo 5 años, por lo que cuenta que trabajar como profesora rural es más agradecido por los niños y por los padres de familia.
Carencia de recursos
En cuestiones educativas, señala que el trabajo es arduo, pues a pesar de que la tecnología ha llegado a las zonas rurales, los pequeños no cuentan con los recursos suficientes para hacer investigaciones, comprar material didáctico o para conocer cosas o lugares que estén fuera de sus comunidades.
“Los niños de aquí, en su mayoría, no salen de la comunidad y les cuesta mucho ir a Toluca, que es la capital. Solo salen a las comunidades cercanas”.
Fotos: Javier del Villar
No obstante, reconoce que hay otras limitantes para el desarrollo de los pequeños y es que muchos padres aún son analfabetos y no pueden apoyar lo suficiente a sus hijos en sus estudios, otros se niegan a llevarlos al preescolar porque están pequeños. Además, las mamás tampoco los llevan para no quedarse solas en casa.
Agregó que esta situación ha puesto en dificultad la operatividad de la escuela, que actualmente cuenta con una matrícula de 23 niños.
“Tenemos el riesgo de que nos retiren a la maestra, la matrícula que se pide por maestro debe ser de 20 niños, en caso de que no haya niños se cierra la escuela“.
Promoción de la escuela
Sin embargo, se dijo optimista y platicó que ha ido a visitar domicilios para invitar a los padres de familia a que lleven a sus hijos a la escuela.
“Tratamos de demostrar que el preescolar es importante para los niños y para ello hacemos actividades recreativas como espectáculos de talentos, demostraciones de declamación y oratoria, ferias de Matemáticas. Incluso, ofertamos que se les regalaría la lista de útiles a los pequeños que se preinscribieran porque tampoco están acostumbrados a realizar trámites”.
Fotos: Javier del Villar
Ogazón Fuente destacó que el Jardín de Niños que dirige tiene como plus que los infantes, sin presionarlos, aprenden a leer y escribir con base en las actividades que se efectúan. Esto, debido a que como son pocos niños, la atención es más personalizada, al igual que el contacto con los padres de familia cuando hay cuestiones con sus hijos.
Finalizó diciendo que se siente orgullosa de ver lo que junto con su equipo han logrado, pues cuando llegó al kinder, en este únicamente había un salón, y gracias al apoyo de la comunidad y otros beneficios del gobierno han sacado adelante la escuela.