Marichuy: la nación indígena visibilizada

Toluca, México; 6 de febrero de 2018. El discurso del Congreso Nacional Indígena (CNI) donde participan 523 comunidades de 25 estados del país y de 43 pueblos indígenas, emitido entre el 14 de octubre de 2016 , fecha de su quinta reunión en Chiapas y hasta el 28 de mayo de 2017, en que se […]

Toluca, México; 6 de febrero de 2018. El discurso del Congreso Nacional Indígena (CNI) donde participan 523 comunidades de 25 estados del país y de 43 pueblos indígenas, emitido entre el 14 de octubre de 2016 , fecha de su quinta reunión en Chiapas y hasta el 28 de mayo de 2017, en que se nombró a dos representantes de cada pueblo y nación indígena con su delegada, María de Jesús  Patrocinio Martínez, la primera aspirante indígena a una candidatura por la presidencia de México, no ha sido entendido en su totalidad, o al menos así lo demostró la multitud congregada el 2 de febrero en las inmediaciones de la Alameda de Toluca.

Pero vamos desde el principio. Un grupo de indígenas se levanta en armas el uno de enero de 1994. Sus demandas son reivindicar a los indígenas de Chiapas una vida digna en la que su existencia sea visible para la sociedad. 

Comencemos desde el principio una vez más: 496 años después de la Conquista de México, el exterminio de las comunidades indígenas sigue vigente. No hace falta más explicación. La Colonia, la leyenda negra, el neocolonialismo, el imperialismo, el deseo interminable de la burguesía, los ricos, los poderosos, los políticos cono cualquiera de sus nombres, no ha cedido ni un centímetro en el enriquecimiento a expensas de los recursos naturales que se encuentran en las tierras de las poblaciones indígenas.

Los daños colaterales son explícitos, evidentes y dolorosos, aunque no para todos, claro. En un principio los indígenas creyeron viable el camino de las armas, aunque en otro momento el de las palabras. Después del V Congreso Nacional Indígena, ya elegida su delegada, Marichuy y su Consejo Indígena de Gobierno, se dispusieron al registro de su aspiración a candidata ante el Instituto Nacional Electoral para las elecciones presidenciales del 2018.

Comienza la recolección de firmas y la eterna explicación a las preguntas: ¿Por qué una mujer? ¿Tiene las aptitudes para gobernar? ¿Quiénes la eligieron? ¿Quién los financia?  Y la clásica: ¿Buscan el poder?

En un texto publicado el 14 de octubre de 2016 por el CNI, titulado “Que retiemble en sus centros la tierra”, y otro publicado el 1 de enero de 2017, “¡Y retembló!, Informe desde el epicentro”…, el CNI enumera los motivos, razones y denuncias que hace a nombre de los más de 50 pueblos que lo conforman.

En la segunda denuncia del primer texto, el Estado de México y sus otomíes son mencionados:

2. Los Pueblos Otomí Ñhañu, Ñathö, Hui hú, y Matlatzinca del Estado de México y Michoacán están siendo agredidos a través de la imposición del mega-proyecto de construcción de la autopista privada Toluca – Naucalpan y el tren interurbano, destruyendo casas y lugares sagrados, compran conciencias y amañan las asambleas comunales con presencia policiaca, además de los tramposos censos de comuneros que suplantan la voz de todo un pueblo, privatización y despojo de agua y territorio en el volcán Xinantécatl, conocido como el Nevado de Toluca, al que los malos gobiernos quitan la protección que ellos mismos le dieron para entregarlos a empresas turísticas. Se sabe que detrás de todos estos proyectos está el interés por el despojo del agua y de la vida de la región.

Las historias son conocidas: San Salvador Atenco, Xochicuautla, Salazar, Jiquipilco el Viejo. Toluca y sus alrededores sufren de una fuerte amnesia, que se incrusta aún más con cada acto de represión del Estado. En base a esto, la propuesta del CIG hace un llamado a la sociedad y organizaciones, que se identifican en la lucha contra el despojo, la represión, la discriminación y la explotación, a organizarse y construir un mundo nuevo.

¿El mismo discurso?

No, Marichuy y el Consejo Indígena de Gobierno no se homologan a las propuestas de los partidos políticos, no tienen apoyo  (porque así lo decidió el CNI) del INE para financiar su campaña.

“No nos confundan, no pretendemos competir con ellos porque no somos lo mismo, no somos sus palabras mentirosas y perversas. Es decir, no tengan duda, vamos por todo, pues sabemos que tenemos enfrente, quizá, la última oportunidad como pueblos originarios y como sociedad mexicana de cambiar pacífica y radicalmente nuestras formas propias de gobierno haciendo que la dignidad sea el epicentro de un nuevo mundo”.

En declaraciones de la vocera del CIG, Marichuy ha dicho que su propuesta es anticapitalista, pero ¿qué entiende la ciudad de Toluca por anticapitalista?

Pongamos un ejemplo. Corren las 3 de la tarde de un viernes. Una voz se escucha en la Alameda de Toluca, hace un llamado a la gente para apoyar la candidatura de Marichuy, son los representantes regionales del CNI. Para atraer a la juventud, los organizadores han creado un cartel con bandas de ska y reggae que tendrá como estelares a la banda fronteriza Tijuana No.

La gente comienza a llegar, a bailar. Pronto son cerca de 600 personas reunidas. Las intervenciones de los representantes del CNI se hacen en los cambios de bandas, las propuestas y métodos de lucha se escuchan, también las invitaciones: absténganse de consumir bebidas alcohólicas.

La “banda” siempre ha sido rebelde, o revoltosa más bien, el consumo de alcohol está a todo lo que da en el concierto, no todos claro, pero sí la mayoría, una vez que han absorbido la mayor cantidad de bebidas se deshacen de sus envases, envolturas, tickets, bolsas en plenos arbustos de la Alameda.

Super Compras y Oxxo surten la felicidad a los jóvenes, y quienes le dan empleo al honorable cuerpo de barrenderos, ya entrada la medianoche. La voz de los representantes no fue lo suficientemente fuerte. Marichuy no es comprendida porque a los jóvenes de Toluca no les interesa un discurso anticapitalista, ellos quieren liberar la presión de sus trabajos, sus horas de escuela, sus padres. El gobierno no es su enemigo, en cambio el tedio y la ignorancia sí lo son.

¿Cómo se cambia un mundo en el que todos estamos incrustados irremediablemente en el consumismo salvaje, las horas y horas de internet y el lavado de cabeza que la televisión hace todos los días a la sociedad?

Una respuesta afirmativa al cambio sería utópica. Sin embargo, hay caminos menos complicados que los zapatistas, el CNI y su Concejo han utilizado y, por supuesto, han comprobado como viables. Nunca en la historia de México había existido una aspirante mujer indígena a la presidencia de la República.

Los medios y la gente ven lejana a Marichuy su aspiración a candidata presidencial, pero olvidan que esa aspiración no es al poder y sí a la visibilización de las problemáticas indígenas. Las 866 mil 593 firmas de la ciudadanía distribuidas en por lo menos 17 entidades federativas, que sumen cuando menos el uno por ciento del total en la lista nominal de electores en cada una de ellas para aspirar a una candidatura presidencial (según lo impuesto por el INE), frente a las 216 mil 960 firmas que llevaba hasta el 5 de febrero, dejan al descubierto que no alcanzarán para el límite del 19 de febrero.

Sin embargo, el camino está abierto, falta mucho para que la sociedad comprenda qué significan las palabras: servir y no servirse, construir y no destruir, representar y no suplantar, convencer y no vencer, obedecer y no mandar, bajar y no subir y proponer y no imponer. De ellas se construyen cosmovisiones de diferentes pueblos amerindios, no en ese orden ni con las mismas palabras, pero son el consenso  de los 43 pueblos indígenas que conforman el CNI. Así lo constata quien suscribe: los ñathos u otomíes del Estado de México también incrustan esa forma de pensamiento en su manera de ver la vida.