Alfredo del Mazo está dedicado a trabajar, al menos esa es la percepción atendiendo su agenda pública. Hasta ahora, el tema electoral no ha contaminado la acción de gobierno, no abiertamente. El gobernador mexiquense parece estar empeñado en cerrar lo mejor posible su administración, marcada por las dificultades y una pesada carga histórica de deudas sociales. Llegará al 2023 con una aprobación por debajo de 50 por ciento, más gente en pobreza y la percepción creciente de inseguridad.
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Delfina Gómez intentará el próximo año ganar el Poder Ejecutivo, Higinio Martínez controla el Poder Legislativo desde hace 4 años. Táctica y estratégicamente es absurdo alimentar las diferencias entre ambos hasta llegar al conflicto. Si Morena quiere en verdad seguir escalando en su empoderamiento en el Estado de México, debe acudir a la práctica de la política, de la buena política.
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No hay hoy aspirante a la gubernatura que conecte con la gente como Delfina. Es una figura carismática que habla y viste como la mayoría. No hay lugar donde se pare que las personas no acudan a saludarla, le sonrían y se identifiquen con ella. Esa es una gran ventaja.
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El Sistema Estatal Anticorrupción es una verdadera tomada de pelo. Los más felices con su existencia son justamente los corruptos. En todos los niveles del gobierno y en los tres poderes hay canallas enriqueciéndose y no se les molesta ni con un susurro. El “sistema” solo ha servido para taparle el ojo al macho.
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Ya saben, el lunes en el Conversatorio AD, Horacio Duarte. Será en vivo y, cómo siempre, abierto a la participación de todas, todos y todes. Nos vemos a las 7 de la noche en punto.