¡La Ley de Gobierno de Coalición no solo es imperfecta, sino una tomadura de pelo!
El 30 de septiembre de 2022, se publicó en el periódico oficial Gaceta del Gobierno del Estado de México la “LEY DE GOBIERNO DE COALICIÓN, REGLAMENTARIA DE LOS ARTÍCULOS 61 FRACCIÓN LI Y 77 FRACCIÓN XLVIII DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE MÉXICO”.
Se hizo con mucha pompa y escándalo, diciendo que es la primera en su tipo en el país y que abría la puerta para una alianza entre partidos políticos, generando la percepción de que la alianza PAN-PRI-PRD no estaba muerta.
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Lo que no se dijo –y ahí el engaño, perversidad o clara intención de burlarse de los votantes (una vez más) y dejar sentadas las bases para que los partidos grandes defrauden a los pequeños– es que se trata de una ley imperfecta.
Pero vayamos por partes, ¿qué es una ley imperfecta?
Las leyes imperfectas son las normas cuya infracción carece de sanción. Son positivas las que permiten cierta conducta, acción u omisión. Son negativas las que prohíben determinado comportamiento, que también pueden ser de acción o de omisión.
Es decir, el incumplimiento de la Ley de Coalición no tiene prevista penalidad alguna para el que la incumpla, no es coercitiva. A lo largo de su corto articulado (solo once artículos, más tres transitorios) no establece nada que la obligue a concretar lo establecido en el convenio respectivo.
Para mayor claridad, un ejemplo reciente: así como el PRI nacional dejó con un palmo de narices al PRD y PAN con la modificación constitucional que prorroga la posible presencia de las fuerzas armadas en labores de Seguridad Pública, así mero, con la mano en la cintura, lo puede hacer en el remoto caso que gane la gubernatura del Estado de México, no habiendo disposición legal que lo pudiera obligar.
Eso es lo que pasa cuando se legisla sobre las rodillas o cuando se hace persiguiendo un interés político, no el del pueblo. Por eso, cabe afirmar que la Ley de Gobierno de Coalición no solo es imperfecta, sino una tomadura de pelo; una estrategia demagógica, una normatividad engaña bobos.