Un triunfo más del Toluca en la Campeones Cup, seis partidos ganados al hilo, y a pocos días de haber festejado en Los Ángeles, un nuevo reto aparecía en el camino del Turco Mohamed y los suyos: León. Hace tan solo un torneo eran contendientes de peso, con su flamante refuerzo James Rodríguez listos para dar pelea, y de un día para otro se apagaron. La visita al Nou Camp lucía como la oportunidad perfecta para refrendar el dominio escarlata… o para que la Fiera intentara rugir de nuevo.
A menos de un año de distancia, el timonel cambió en Guanajuato. Eduardo Berizzo abandonó el proyecto tras perder con Juárez. Técnico nuevo no pierde, dicen las reglas no escritas del fútbol, pero Nacho Ambriz no era nuevo: era un viejo conocido, el último que escribió una estrella en el escudo esmeralda. Del lado del rojo, su nombre tiene un significado especial: fue quien empezó la transformación del Toluca moderno en 2022.
Hay que caerse para levantarse, y así fue en su primer torneo con los Diablos: goleada dolorosa, cociente hundido y hasta multa económica. Pero el revés se convirtió en revancha inmediata: final al siguiente semestre, con América eliminado en semifinales, aunque la historia terminó en derrota contra Pachuca. Aun así, Nacho sembró bases con fichajes como Meneses, Navarro y Volpi, piezas que devolvieron competitividad y gusto al fútbol escarlata. El título se resistió, pero el camino quedó trazado para que con Paiva y después Mohamed, Toluca volviera a la cima con nombres como Alexis Vega y el amado Paulinho.
Hoy, tres años después de aquel octubre que regresó al Diablo a una final, el contexto es otro. El Toluca ya no juega con la presión de 12 años sin ser campeón: la victoria se ha vuelto costumbre y el respeto de la liga es una realidad. Mientras tanto, la carrera de Ambriz se estancó. Su paso por Santos Laguna fue gris, sin rumbo, perdido entre la mala gestión y la falta de resultados.

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El regreso a León era un examen con tintes de nostalgia, pero también de riesgo. Podía convertirse en un fracaso estrepitoso para el entrenador mexicano, o en un batacazo frente al campeón defensor y por muchos, el mejor equipo del torneo. La mesa estaba puesta: un partido cargado de historia, con el reencuentro de Nacho Ambriz y un Toluca que alguna vez comandó… y que hoy se ha convertido en el equipo más temido de la Liga MX.



Toda la Liga sabe a lo que juega el Turco, a lo que juega el Toluca, y aun así sigue siendo imparable. Al inicio del partido, la ley del ex se hizo presente, pero a favor de los Diablos: Canelo Angulo la puso a un lado para abrir el marcador al minuto 5’. James Rodríguez, de penal, igualó las cosas. Al medio tiempo parecía que Toluca vería complicadas las cosas… o eso se esperaba.
Pero los Diablos solo estaban dosificando para el segundo tiempo. Ya en la parte complementaria no hubo piedad: Paulinho marcó y luego Alexis Vega hizo lo propio. Alvarado, por León, acortó distancias, pero el portugués volvió a vacunar y se colocó como líder de goleo en solitario para sellar el 2-4 definitivo.
Una ofensiva impresionante: cuatro goles en cancha ajena, ante su extécnico, que tuvo un amargo regreso con sus panzas verdes.

Ahora es momento de bajar las revoluciones y descansar por Fecha FIFA. Los enfiestados Diablos se afianzan en el liderato y se van al parón de selecciones con siete triunfos al hilo.



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