Lejos de la confianza manifestada hace semanas, el candidato del PRI-PVEM-PANAL-PES, Alfredo del Mazo Maza, instó a sus seguidores a responder en las urnas porque “todo lo que somos, todo lo que hemos trabajado, está en juego en esta elección; de nuestro triunfo depende el futuro del priismo, depende el futuro de este país”.
Y así, del “Fuerte y con todo”, pasó al “Fuerte y con todos”, mientras el presidente nacional de su partido, Enrique Ochoa Reza, no tuvo empacho en agredir verbalmente a Delfina Gómez Álvarez, candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y al dirigente nacional de este partido, Andrés Manuel López Obrador.
Desde temprano, antes de las 9:00 horas, los contingentes priístas empezaron a arribar a la Plaza de los Mártires de la capital mexiquense. Mujeres y niños con banderas de diferentes agrupaciones, serpenteaban para donde sus “delegadas” les instruían.
Fue, en sí, un cierre de contrastes. Por un lado, el acarreo masivo, gente humilde, familias enteras que iban con playeras y gorras del “salario rosa” sin saber en qué consistía éste ni el nombre del personaje al que deberían de apoyar.
Los “delegados” o “las señoras”, cuidaban a los contingentes, pero, aún con esa férrea vigilancia, muchos dijeron desconocer cómo se llamaba el candidato. Unos señalan que iban en “apoyo al presidente”: otros se concretaban a decir que esperaban que les dieran algo.
– ¿Usted de dónde viene? –pregunto a un hombre de unos 70 años de edad, quien junto a su señora encontró lugar en las escaleras de acceso a la Catedral de Toluca.
– “De Ixtla” – fue su respuesta.
– ¿Usted por quién va a votar?
– “Por el del PRI”.
– ¿Cómo se llama el candidato?
– "No sé. A mí me trajeron, pero no me dijeron cómo se llama".
Muchos rostros, caras que reflejaban cansancio, las más desencantadas, mientras a su alrededor “revoloteaban” las “promotoras”, las “delegadas” y/o los “encargados del grupo”, quienes les arengaban a gritar “Del Mazo, Del Mazo”, a que agitaran bien las banderas y a no dar declaraciones.
Lejos de la gente humilde, estaban estacionados sobre la calle Rivapalacio, a un costado del Palacio de Gobierno, vigilados por elementos de seguridad, las lujosas camionetas que transportaron a los políticos.
La cita para el grueso de los contingentes fue a las 9:00 horas. Lo mismo se veían banderas del recientemente constituido Más Frente Partidistas (+FP), hechura de Juan Pedro García, coordinador del organismo y delegado especial del PRI en Texcoco, que del grupo Unido con Del Mazo (UDM), de Alfredo Baranda Sáenz. Pocos iban con banderas de la CTM, otros tantos, con banderolas y camisetas de la CCI.
Mensajes y agresiones
Previo al mensaje del candidato, el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, tomó la palabra y lo hizo para hablar en contra de Morena y su candidata. Fueron sus expresiones poco políticas. Parecía más la arenga de un linchador, que de un dirigente.
“Es la maestra del atraco, timo y pillaje; además, tiene un bachillerato en desfalco, tiene una licenciatura en retención de pensiones con especialidad en rapiña”, dijo mientras algunos aplaudían y otros reían.
En el cierre de campaña de Del Mazo, el dirigente nacional del PRI, más que destacar los atributos de su candidato, se dedicó a atacar a Morena y, tras él, siguió el discurso del candidato, quien planteó un panorama oscuro para la entidad y México si pierde la elección.
Del Mazo tuvo elogios para Eruviel. “Él es un hombre que tanto lo conocen en el campo como en la ciudad, como en el centro, como en el sur, me refiero a nuestro gobernador”. Fue la reaparición del mandatario en un acto político.
De ahí tornó a hablar de “su primo en octavo grado”. “El Estado de México se ha construido con el trabajo de grandes mexiquenses, quienes con su liderazgo han forjado nuestra historia, reconozco el impulso de quien fuera el gobernador del compromiso y quien hoy, aquí en el estado, impulsa la modernidad. Me refiero a nuestro presidente Enrique Peña Nieto”.
Luego, habló de las mujeres, del salario rosa, pero también de la universidad rosa y el transporte rosa. Y le pidió “a las luchonas” a ir como sus aliadas.
Ya con la voz cancina, merced al fuerte calor que se sentía, concluyó con la advertencia de que de las elecciones del 4 de junio depende el futuro del PRI a nivel nacional. “Todo lo que somos, todo lo que hemos trabajado, está en juego en esta elección, de nuestro triunfo depende el futuro del priismo, depende el futuro de este país”.
Además de los funcionarios federales José Narro, secretario de Salud; José Calzada, secretario de Agricultura; Rafael Pacchiano, secretario de Medio Ambiente; del secretario de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza, estuvieron los gobernadores de Campeche, Alejandro Moreno; Chiapas, Manuel Velasco; Colima, Ignacio Peralta; Guerrero, Héctor Astudillo; Hidalgo, Omar Fayad; Jalisco, Aristóteles Sandoval; Oaxaca, Alejandro Murat; San Luis Potosí, Manuel Carreras; Sinaloa, Quirino Ordaz; Tlaxcala, Marco Mena; Yucatán, Rolando Zapata; Zacatecas, Alejandro Tello; y del Estado de México, Eruviel Ávila, además de los ex gobernadores mexiquenses Arturo Montiel, César Camacho Quiroz, Alfredo del Mazo González y Emilio Chuayffet Chemor.
Al dar el agradecimiento, los contingentes corrieron en busca de los autobuses que los llevaron a Toluca. Otros formaron largas filas detrás de sus “delegadas”.
