Repondrán proceso del caso Carlos Martínez, menor secuestrado y asesinado en 2013

Antes de la audiencia de apelación, Alfredo Martínez, papá de Carlos, dijo que el quinto responsable del secuestro y asesinato de su hijo había salido libre por corrupción de la jueza.

Foto: Victor Castillo

Luego de casi cuatro horas de audiencia, el Consejo de la Judicatura determinó que se repondrá el proceso contra el quinto implicado en el secuestro y asesinato de Carlos Martínez, quien fue privado de su libertad y asesinado en febrero de 2013.

Antes de ingresar a la audiencia, el señor Alfredo Martínez, papá de Carlos Martínez, quien fue asesinado a los 15 años, expresó que la liberación de Erik Lina, el quinto involucrado en el homicidio de su hijo, fue posible gracias a la corrupción de la jueza, María Carrillo García, que llevaba el caso así como del Ministerio Público.

“No encontramos otra explicación más que la jueza se vendió o que el Ministerio Público también haya caído en corrupción.”

El quinto delincuente al que se refirió Alfredo Martínez salió de la cárcel en octubre del año pasado, después de haber estado prófugo durante cinco años; mientras que los otros cuatro responsables del secuestro y asesinato de Carlos pasarán 53 años privados de su libertad.

Debido a esa decisión de la jueza, el padre de Carlos Martínez acudió al Poder Judicial, donde se realizó una audiencia de apelación en la que el señor Alfredo solicitó la reaprensión del criminal que se encontraba libre desde octubre del año pasado.

Sin embargo, tras el fallo del Consejo de la Judicatura, se repondrá el proceso contra el quinto partícipe del secuestro y asesinato de Carlos Martínez, es decir que cabe la posibilidad de que nuevamente se gire una orden de aprensión para el inculpado.

Carlos Martínez fue secuestrado y asesinado el 14 de febrero de 2013, después de que salió de un convivio celebrado en el Colegio Montessori, ubicado en la ciudad de Toluca.

A partir de la desaparición de su hijo, Alfredo Martínez comenzó a buscar el cuerpo de Carlos en las diversas morgues del Estado de México.

Mientras él realizaba la búsqueda, que le llevó casi un año, el cuerpo sin vida de su hijo estaba en la morgue de Tenancingo; pero Alfredo no lo supo pues los responsables de hacer el levantamiento del cuerpo habían confundido las señas particulares del menor con las de otra persona, explicó su papá.