Las campañas han entrado a la siguiente fase. De ahora en adelante, los mensajes serán más claros, específicos y más agresivos. Los tiempos de la sonrisa fingida y cortesía simulada terminaron. En los días por venir subirá el tono y se darán con todo. Alejandra seguirá machacando las debilidades de Delfina, reales o ficticias, y es previsible que la maestra haga de lado esa imagen cándida acariciando un gato, para empezar a hablar con nombre, apellido y expediente de casos específicos de corrupción.
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Se equivocan quienes dan por muerta a la candidata del PRI, PAN y anexos. Hoy, está mejor que hace un mes, todos los datos objetivos lo indican así. Por supuesto que no ha llegado, todavía, ni al empate con la candidata de Morena, pero se le ha acercado. Falta mucho por ver en los 28 días restantes. Es posible que Alejandra nunca alcance a Delfina en las encuestas, pero su as bajo la manga es la movilización electoral. Sus estructuras son mayores, con más experiencia y mejor capacitadas.
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El 4 de junio saldrán a votar más de 6 millones de personas. Ese es el cálculo sobre el que han elaborado la ingeniería electoral en ambos cuartos de guerra. Más del 54 por ciento de la lista nominal, espera el PRI. Morena un tanto igual o mayor. Para ganar se requerirá una cantidad mayor a 3 millones de votos. Ese es el rasero.
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Rodrigo Archundia Barrientos pudo ser fiscal General de Justicia del Estado de México. Le sobraban méritos, pero no le alcanzaron los apoyos políticos. Y se quedó en la orilla porque estaba expuesto a que lo involucraran en el caso Ayotzinapa, como sucedió, pero sin consecuencias legales o mediáticas. Lo protegieron y optaron por colocarlo en la segunda posición como vicefiscal general. En el cierre del sexenio han decidido moverlo a vicefiscal de combate a la corrupción, una posición estratégica para un periodo de transición. Es obvio que es movimiento táctico a la defensiva.
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Cuando resultó electa como alcaldesa de Naucalpan en las elecciones anteriores, parecía que Angélica Moya podría convertirse en la nueva figura del panismo mexiquense. Mujer con experiencia y una hoja de servicio limpia. Pero no cumplió las expectativas de sus votantes. Rápido los desilusionó. Los resultados de su gobierno son francamente mediocres, y en el caso de seguridad, trágicos. Hoy, la aprobación popular de Angélica está por debajo de 34 por ciento y en caída libre. Su sueño de ser reelecta se ha esfumado, no solo eso, los datos alertan la posibilidad de que su partido, el PAN, con los aliados PRI y demás, no logren el mes próximo el caudal de sufragios que esperaban y necesitan. Naucalpan ya no es el paraíso azul.