Parecería que al interior de la bancada mayoritaria de MORENA en la legislatura local subyacen dos visiones políticas distintas y encontradas: la del coordinador del grupo y presidente de la Junta de Coordinación Política, Maurilio Hernández, moderada, continuista y, podría decirse, que hasta colaboracionista; y la de la presidenta de la Mesa Directiva para el primer periodo, Azucena Olivares, más rupturista y menos cálida con las fuerzas a las que derrotaron en julio pasado. Lo interesante del caso será ver como ambos personajes procesarán las diferencias sin confrontarse ni anularse. Síntomas de los nuevos tiempos que ha tomado muchos con los dedos en la puerta.
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Desde hace décadas Marcelo Ebrard y Enrique Gómez de Orozco mantienen una fraternal amistad más allá de la política y los negocios. Kiko, como sus amigos llaman cariñosamente al hombre que encabeza el emblemático deportivo Club Toluca, fue uno de los facilitadores para que el canciller del próximo gobierno tuviera una cómoda y feliz estancia en su largo autoexilio en Francia, donde, sabido es, que el empresario tiene intereses económicos. Gracias a esa relación, toma sentido la versión de que Gómez de Orozco se incorporará en la primera línea del equipo de Delfina Gómez tan pronto pida licencia para separarse del cargo de senadora y ejerza como delegada plenipotenciaria del gobierno federal en el Estado de México a partir de diciembre. ¿Será?
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Enrique Gómez de Orozco trabajó en el gobierno de Mario Ramón Beteta en la dirección del DIF con Montiel, después colaboró en la Secretaría de Finanzas de donde fue despedido groseramente, más tarde se alió con Rubén Mendoza Ayala y se encargó de recolectar fondos para su campaña como candidato del PAN en contra de Enrique Peña quien terminó arrasándolo. Durante la administración peñista estuvo a punto de ser encarcelado por la disputa de una herencia, pero la salvó refugiándose en Francia donde tiene un hotel. Hoy, más de una década después, podría volver a la administración pública con la Cuarta Transformación de MORENA. La vida es una tómbola.
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Después del primero de diciembre próximo las cosas cambiarán para Alfredo del Mazo. Terminada la gestión de Enrique Peña como presidente de la república, la condiciones políticas le cambiarán favorablemente y podrá ejercer, por fin, a plenitud el poder legal conferido por los ciudadanos hace más de un año. Ahora sí del Mazo podrá tomar sus propias y decisiones y asumir el costo total positivo o negativo de ellas. Por supuesto que no va a romper con su mentor político y primo Enrique Peña, por el contrario, en reciprocidad elemental tendrá que garantizarle una tranquila estancia en su retorno a casa. Para navidad será un del Mazo remasterizado, una versión como con esteroides. La primera muestra estará en la cascada de cambios por venir.
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Instalado de nuevo en el Estado de México, Enrique Peña Nieto dedicará todo lo que aprendió como presidente y con toda la información de mejor calidad posible, a la reconstrucción del PRI y del priismo que siguen aturdidos. Será eso a la construcción de una nueva propuesta política que se ubique en el centro, distinguiéndose de la izquierda morenista y la derecha panista. No pasará sus tardes cultivando flores en su jardín, al menos eso es lo que cuenta su gente cercana.