Por lo que se ve, el gobernador está digiriendo bien los cambios a partir de la redistribución del poder. Está haciendo lo que tiene que hacer, quizá porque entiende que su futuro depende de que haya buenos resultados, de que su trabajo los tenga satisfechos y, por qué no, contentos. Sobre la relación institucional con Delfina Gómez, groseramente llamada “superdelegada” por lo envidiosos y resentidos, hay mucha maledicencia, pero está claro que es posible y positivo. En la primera reunión, Delfina acudió con humildad a la oficina del gobernador y él, con respeto y consideración, le dio el trato que le corresponde como dama. Más allá de las intrigas, esa relación llevada en buenos términos y bajo las normas del respeto, será de gran beneficio para la gente. A nadie conviene un pleito, los complejos hay que dejárselos a otros.
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El sistema público de atención médica está colapsado por la corrupción y negligencia del gobierno anterior. Si en las clínicas y centros de salud no hay servicio suficiente ni de calidad es por todo lo que se robaron en años anteriores. El daño al sistema de salud es mucho mayor al que Duarte hizo al de Veracruz, para darse una idea. Hay reconocer en su justo mérito lo que ha hecho hasta hoy el secretarIo Gabriel O’Shea, quien poco a poco ha restablecido el orden y saneado lo posible. Esto no debería quedar así, alguien tiene que responder por el saqueo.
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En el Valle de Toluca, detrás del negocio de las gasolineras, están personajes bien identificados de la clase política que se han enriquecido en el servicio público. Muchas de las estaciones nuevas, que han brotado como hongos, son de su propiedad aunque la mayoría las tienen con prestanombres. Por eso este fin de semana que manipularon el abasto para genera desazón entre los consumidores, justo en el cambio de gobierno, el tiro podría salirles por la culata y exponerse a que les cancelen la franquicia por especuladores. No entienden que esto ya cambió.
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Cada vez son más las voces bien informadas que alertan sobre la presunta cercanía de los nuevos alcaldes de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez y Gabriela Gamboa, de Metepec, a los intereses del grupo político que dirige y opera el diputado federal priista Luis Miranda. El comentario es que Gaby y Juan Rodolfo llegaron en buena medida donde están, más que por Morena, por los hilos que movió Miranda. ¿Será verdad o una canallada?