#LordRollsRoyce es el chisme del pueblo, pero ni de lejos el asunto más importante de la agenda pública de Toluca y Metepec. Emir Garduño Montalvo podrá ser un cretino, un arrogante bribón con muy mal gusto, un pájaro de cuenta, pero su currícula no alcanza para presentarlo, como se ha pretendido, como el enemigo número 1 de la sociedad. Eso sí, el escándalo ha sido muy útil para entretener al pueblo, para desviar su atención de temas mas delicados.
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En junio pasado la gente salió a votar para elegir al alcalde de Toluca; 27 por ciento lo hizo por el candidato de PAN, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, quien ya había sido presidente municipal con un desempeño de regular a malo. Podría decirse que su índice de popularidad es discreto pero bueno, 3 de cada 10 personas le apoyan, pero eso no le alcanzó para regresar al gobierno, perdió frente a Fernando Zamora. Encabezó entonces una serie de protestas, impugnó la elección, pero de repente desapareció de la escena pública hasta que este domingo volvió, y lo hizo para participar en la marcha de católicos contra el matrimonio gay que organizó la diócesis de Toluca, encabezada por el obispo ultraconservador Francisco Javier Chavolla Ramos. Tenía años que la iglesia católica no asumía tan activa y públicamente una postura política frente a un tema de interés general. Estará por verse hasta donde puede influir en el animo de los diputados que en estos días estarán votando la iniciativa para reconocer el derecho de los homosexuales a unirse por vía de la ley.
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Bien sabido es el apoyo de la iglesia católica al grupo de poder priísta que controla la presidencia de la república y la gubernatura del Estado de México. La alianza clero-Grupo Atlacomulco es histórica. No hay recuerdo reciente de una desavenencia publica como la actual a propósito de las encontradas posturas sobre el llamado matrimonio igualitario. Si el conflicto no es de dientes para afuera, como otras veces han simulado, es probable que haya un efecto en el resultado electoral del próximo año.
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Como toda mega obra, la construcción del tren México-Toluca ha cobrado una alta cuota de sangre. Aunque no hay un registro oficial preciso, en el recuento hemerográfico se han documentado 4 fallecimientos, el atropellamiento de un trabajador y hace una de semana la caída de un auto compacto al paso a desnivel cavado a la altura de Ocoyoacac y que arrancó la vida a tres jóvenes. En ambos casos hubo negligencia atribuible a las empresas que hacen los trabajos. La señalización es deficiente, irresponsable.