Lejos del discurso oficial y de las aseveraciones que se gestan desde los escritorios, la realidad muestra a un Estado de México donde la violencia impera, donde la impunidad ha tomado carta de naturalización y en el cual las autoridades parecen empeñadas en negar lo que es más que evidente.
Las cifras que se manejan oficialmente, que si bien no muestran en plenitud la realidad imperante, sí dejan en claro que durante 2016, el Estado de México fue una entidad donde los secuestros, extorsiones y homicidios fueron la tónica.
En su reporte, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró mil 383 secuestros y cinco mil 374 extorsiones en México; en el primer sitio de plagios, se ubicó el Estado de México, con 273; mientras que Baja California Sur, no registró ninguno.
Tocante a las extorsiones, de nueva cuenta la entidad mexiquense estuvo a la vanguardia, con 993 casos registrados; en el renglón de homicidios, donde en el ámbito nacional se registraron 39 mil 809 víctimas – 22 mil 932 dolosos y 16 mil 877 culposos -, el Estado de México está al frente, con dos mil 256 casos.