“¡Ale, Ale, Ale!”, coreaban los priistas de Cuautitlán Izcalli, mientras ella daba pequeños pasos en el templete y se quedaba parada por momentos intentando leer lo que decían las cartulinas blancas.
“Muchas gracias”, exclamó Alejandra del Moral, precandidata de la coalición Va por el Estado de México, conformada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Nueva Alianza (NA).
Se dio un abrazo y bajó un momento a besar a unos niños que tenía cerca. “¡Ellos son el motivo de todo esto!”, expresó subiendo de nuevo al templete, no sin antes darle una caricia en la cabeza al pequeño.
Alejandra en Cuautitlán Izcalli
“Gracias por recibirme en esta tierra, en mi tierra, en mi región. Qué les puedo decir, ¡van a tener gobernadora!”, palabras que provocaron una rechifla, gritos y aplausos.
“Me da gusto estar aquí con mis paisanos, con mis amigos, con mis vecinos, con mi tierra madre, por así llamarle”. Alejandra continuaba moviéndose lentamente por el escenario, más que caminata parecía un vaivén.
“Para mí es un gusto estar aquí con los priistas de Cuautitlán Izcalli. Pero también a los panistas y perredistas que están aquí hoy les puedo decir ‘están del lado correcto de la historia'”.
Alejandra no dejaba de moverse mientras les explicaba a sus militantes lo que lograron en la precampaña. Con una mano sostenía el micrófono, con la otra unas hojas que se percibían iban de arriba abajo con cada palabra.
Pidió el apoyo de la militancia para que el 12 de febrero, en la convención de delegados, el PRI postule por primera vez a una mujer como candidata a gobernadora del estado.
Su chaleco de mezclilla clara con apliques de piedras en la espalda permiten ver las mangas de su camisa; sobresale “valiente” en letras rojas, la misma que usó para identificarse en su precampaña.
Más que un discurso, Alejandra dio un agradecimiento a sus militantes. “Ustedes son la muestra de que el PRI en el Estado de México está más fuerte y más unido que nunca”, palabras que se reflejaban en su rostro.