Desempolven el pasaporte, hagan sus maletas, y cambien los pesos por colones que el Toluca FC se va de viaje. Después de 5 años, Los Diablos Rojos regresan a un torneo internacional, al menos a uno serio, no a la Leagues Cup ni a la American Family Insurance Cup.
En los primeros años de los dosmiles, la gente en Toluca solía invertir un refrán “Luz de la casa, oscuridad de la calle” para referirse a las participaciones destacadas de los Diablos en los torneos domésticos en contraste con las raquíticas de los de torneos extranjeros.
Lo mismo podía dar un partidazo en la Bombonera de Boca como podía comerse 5 del Cúcuta en la Copa Libertadores. La irregularidad fue el sello de la casa.
La próxima semana, Toluca regresará a la Liga de Campeones de la Concacaf, después de 5 años. Cómo olvidar aquella penosa actuación contra el Sporting de Kansas City cuando en la cancha fueron goleados y en la tribuna los aficionados terminaron perdiendo al caer de una de las tribunas del estadio, todo por conseguir un saludo de los jugadores indiferentes.
Una copa conocida
Esta es la decimotercera ocasión que el Rojo participa en una Copa de Campeones de la Concacaf, la cual ha conseguido dos veces, en 1968 y 2003 (contra Morelia), y en tres se ha conformado con la copa de subcampeón:
- En 1998, contra DC United, esta fue la primera ocasión que un equipo gringo levantó el título.
- En 2006, contra América, con un claro fuera de lugar de Kleber Boas, y
- En 2014 contra Cruz Azul ¡Si Pablo Velázquez hubiese metido ese gol al 93! ¡Maldita sea!
El rival
Herediano de Costa Rica será el rival a vencer. Toluca debe quitarse el peso que le ha representado salir del país, ser un equipo serio dentro y fuera de sus fronteras, buscar avanzar en un torneo que el papel es sencillo. El futbol mexicano es mucho más que el tico, se sabe, se dice y no pasa nada.
La afición, como lo ha hecho en los últimos partidos, contra Querétaro y Puebla, también respondió. La Banda del Rojo organiza el viaje a Centroamérica, con buena respuesta.
En el estadio Alejandro Morera Soto (casa del Alajuelense) habrá mucha gente del Rojo. A ellos deben responder los jugadores, a los que nunca los han dejado solos, los que directa o indirectamente pagan su salario.
La Concachafa, ¿El despertar del mismísimo Diablo o el Infierno allende fronteras?