Vive Brasil un caos previo a la Copa del Mundo

Las huelgas se extienden por las ciudades de Brasil, sobre todo las más grandes, mientras que los sindicatos, fuera de control, dicen que intensificarán las movilizaciones durante los días del Mundial de futbol. Reclaman de todo: alza salarial, bonos, mejor seguridad social, mejores condiciones de vida. La mayoría de los movilizados –líderes y trabajadores– saben […]

Las huelgas se extienden por las ciudades de Brasil, sobre todo las más grandes, mientras que los sindicatos, fuera de control, dicen que intensificarán las movilizaciones durante los días del Mundial de futbol.

Reclaman de todo: alza salarial, bonos, mejor seguridad social, mejores condiciones de vida. La mayoría de los movilizados –líderes y trabajadores– saben que los ojos del mundo están en Brasil por la Copa del Mundo.

Saben, además, que el gobierno está obligado a dar respuestas y no con palos, porque encendería más a los ciudadanos. Por eso están pensando en intensificar sus protestas en los siguientes días, lo que hace dudar si el gobierno podrá garantizar el Mundial 2014.

“Los conductores y los responsables de cobrar el billete [boleto] del autobús interrumpen sus actividades en las dos mayores ciudades brasileñas, Río de Janeiro y Sao Paulo. La Policía Civil deja de trabajar durante 24 horas en 13 de las 27 estados del país. Los agentes de la Policía Federal y de la Policía Rodoviaria (de carreteras) promueven una marcha en Brasilia, la capital, para reivindicar una nueva política de seguridad pública. Los trabajadores de 30 museos públicos dejan de atender a los visitantes en varias ciudades. Los profesores de la redes municipales de educación llevan casi 30 días sin dar clases en capital paulista. La ola de huelgas que agita Brasil desde abril se intensifica en vísperas del Mundial”, resume hoy el diario español El País.

“Un paro de 24 horas de la policía civil en 13 Estados, otro del transporte público en San Pablo, protestas en Belem y el anuncio de nuevas manifestaciones sacudieron a Brasil a tres semanas de que se inicie la Copa del Mundo, lo que llevó al gobierno a advertir que no tolerará que empleados públicos y fuerzas del orden realicen medidas de fuerza durante la competencia.

Según confirmó la Confederación Brasileña de Trabajadores de la Policía Civil (Cobrapol) en su página web, los agentes resolvieron paralizar ayer sus actividades los sindicatos de los Estados de Alagoas, Amazonas, Bahía, Espírito Santo, Minas Gerais, Pará, Paraíba, Pernambuco, Río de Janeiro, Rondonia, Santa Catarina, San Pablo y Tocantins”, resumió por su parte el diario argentino La Capital.

El Mundial inicia el 12 de junio. Muchos creen que las manifestaciones se acentuarán para aprovechar la presencia de prensa extranjera en el país, lo que golpeará a la Presidenta Dilma Rousseff y a la imagen del país. Empleados del metro amenazan con detener los trenes, que transportan a cuatro millones de personas cada día. Otros dos millones de funcionarios federales anunciaron una huelga para el 10 de junio.

Força Sindical, un poderoso sindicato de trabajadores, se ha dicho dispuesto a movilizar a un millón 9 mil empleados de sectores clave para el desarrollo del Mundial, como los de alimentación, hostelería, textil, metalurgia, transporte y de las industrias gráfica y química. En 6 de junio inician movilizaciones, de acuerdo con la prensa local.

El jueves, choferes y cobradores de ómnibus de Sao Paulo bloquearon la circulación de algunas unidades luego de dos días de paro que afectó a 2.5 millones de pasajeros, mientras que la policía de Río de Janeiro prolongó la huelga iniciada el martes.

El gobierno de Dilma Rousseff repudió la “radicalización” de las medidas y las protestas, mientras los líderes del paro, que no responden a la dirección del sindicato, advirtieron que si no obtienen una respuesta favorable de la Alcaldía retomarán la medida de fuerza, reportó la agencia de noticias Ansa. Otra huelga ocurrió la semana pasada en Río de Janeiro, la segunda mayor ciudad brasileña, cuando fueron quemados y atacados cerca de 400 ómnibus.

El secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, deploró las medidas que afectan a la población y advirtió que la opinión pública cuestiona este tipo de comportamiento.

En la capital del estado nordestino de Maranhao inició una huelga de transportistas mientras que los maestros en Sao Paulo anunciaron que no volverán a clases. Al mismo tiempo, los dirigentes del sindicato de la Policía Civil, del área de investigaciones de Río de Janeiro, resolvieron extender el paro y está previsto que realicen una asamblea para analizar hasta cuándo continuarán con la medida.

La Confederación Brasileña de Trabajadores Policiales Civiles realizó ayer paros en 11 estados brasileños, sobre un total de 27, mientras los sindicatos de la Policía Federal analizan una huelga durante la Copa del Mundo.

”Esto lo hacemos para mostrar la importancia que tenemos”, sentenció Janio Bosco Gandra, titular de la Confederación Brasileña de Trabajadores Policiales.

Según dijo recientemente el Ministro de Deporte, Aldo Rebelo, es notorio que las protestas no tienen directa relación con el Mundial, que van a disminuir y que el país irá adoptando un clima de fiesta conforme se acerque la fecha.

La presidenta Rousseff, que aspira a la reelección en los comicios de octubre, ha mostrado confianza en que será la “Copa de las Copas”. Además, ha dejado en claro que no permitirá vandalismo alguno que dañe el torneo.

“Quien se quiera manifestar puede, pero no puede perjudicar la Copa”, dijo, y aseguró recientemente que “ una conjunción de fuerzas, incluyendo la Policía Federal, las Fuerzas Armadas y las Policías Militares, garantizará la seguridad ” .

(Con información de SINEMBARGO.MX y agencias)