Se viene el #28S. ¿Qué esperar?

Se viene el #28S. ¿Qué esperar?
Esperemos que las marchas y la información que de ellas se genere no alimente el estigma sino la movilización de las conciencias

Esta semana hay una fecha simbólicamente muy importante para los movimientos feministas: el 28 de septiembre. Es el Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Se trata de una fecha que han tornado emblemática para el movimiento feminista y que convoca a salir a las calles y expresarse. Es previsible que se presenten marchas, bloqueos, mítines, pintas y hasta actos vandálicos. Esto último ya casi se ha vuelto un ritual, una especie de acto catártico y de espectacularización del activismo: se actúa para que sea captado en video y fotos que suben a las redes sociales.

Sin embargo, la consecuencia de esta tendencia es el desdibujamiento de la causa central: garantizar un derecho a las mujeres. Baste recordar que la fecha surge en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Argentina en 1990. En ese marco la Asamblea del Movimiento Feminista Latinoamericano, tomando en cuenta las complicaciones derivadas del aborto clandestino, que en miles de casos llevan a la muerte, decidió declarar el 28 de septiembre como el Dia por la Despenalizacion del Aborto.

Cinco características del activismo feminista

De entonces a la fecha (ya más de tres décadas), año con año se ha notado una evolución en las movilizaciones. Varias son las características que ha tomado: primeramente, el activismo se ha extendido. En cada ciudad hay ya grupos de mujeres muy bien organizados, que toman la causa y salen a las calles; esta última es otra de las características: la visibilidad. Tomar la calle, las plazas públicas, hacer pintas, desplegar carteles, etc. son ya algo que se espera que tenga lugar en varias fechas simbólicas, incluida, por supuesto el 28 de septiembre.

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La tercera característica es que las movilizaciones han logrado proponer una agenda legislativa, de política pública, en relación con el tema. En muchas partes del país y del mundo se ha legislado en materia de interrupción del embarazo como derecho de las mujeres. Haber logrado esto alienta a seguir movilizándose, porque se ven ya algunos resultados, pero al mismo tiempo se nota donde hacen falta otras modificaciones.

Radicalización del activismo feminista y su presentación en el ecosistema mediático

La cuarta característica que advierto es la generación de versiones radicales del activismo feminista. De las organizaciones que lograron extender su presencia y causa, con el paso de los años han germinado expresiones que llevan la postura a sitios de intolerancia y hasta violencia. En una especie de “destilación” de los principios feministas, ciertos grupos al interior del movimiento han llevado los mismos a la confrontación. Entre otras cosas se advierte una intención de elevar la apuesta: no solo se trata de poner en crisis la cultura machista a todos los niveles, sino de demolerla, de destruirla. Eso lleva a la quinta característica, la cobertura mediática.

Observo que sobre todo en los medios tradicionales (prensa escrita, tv y radio) se tiende a enfatizar aquellos aspectos relacionados con las confrontaciones, lo cual en la mayoría de las ocasiones termina por representar a las mujeres que se manifiestan como violentas o “fuera de sí”. En términos noticiosos ha dejado de ser atractivo que las mujeres se organicen y movilicen (es ya algo normal), pero se vuelve noticia eso que escapa a la normalidad y por ello los reporteros casi parecen abocados a “la caza” de las imágenes de cristales rotos, pintas en edificios o confrontaciones con la policía.

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Dado que hoy también existen en el ecosistema informativo las redes sociales, esas imágenes que se logran “cazar” se suben a Twitter, a TikTok, Facebook o Instragram y en cosa de minutos se viralizan. Es más, muchas de las activistas son las que captan en video las acciones y las comparten, porque se sabe del poder expansivo que puede tener un video en esas plataformas y en ocasiones son una especie de “trofeo”.

La esencia del 28s

No todas estas tendencias que se pueden apreciar captan necesariamente la esencia del 28S. Hay que insistir: la fecha es un momento para informar sobre las terribles consecuencias del aborto clandestino, sobre las ventajas sanitarias de ofrecer seguridad a las mujeres que decidan interrumpir el embarazo, sobre lo aberrantes que son los códigos penales que mantienen a las mujeres en prisión incluso por casos accidentales de aborto, sobre la importancia de diseñar políticas públicas con perspectiva de género, etc. Es una fecha para “empujar” un movimiento social.

Los movimientos sociales en muchas ocasiones tienen que recurrir a los actos que llamen la atención para que se escuchen sus razones, pero no al reves. No se trata de dejar detrás los razonamientos para priorizar  los actos que llamen la atención (y que luego se prestan para la estigmatización). Será, pues, esta semana que veremos llegar el #28S y podríamos esperar que las movilizaciones y la información que de ellas se genere no alimente el estigma, la confrontación, el choque, sino la movilización de las conciencias y del rasero para medir lo justo y lo injusto.