Becky, sobreviviente de feminicidio, se viste de catrina: «el Edomex me debe mucho»

Luego de padecer la negligencia de las autoridades ante los casos de violencia contra las mujeres, Becky se convirtió en activista

El día que Becky sobrevivió a una tentativa de feminicidio fue en una cama del Hospital General de Tlalnepantla (hoy inhabilitado). Ella había pasado 15 días en coma, perdió la memoria durante un lapso de diez días más; su vesícula le tuvo que ser extirpada, pues bastaron un par de puñetazos en el estómago para destrozarla: su pareja practicaba boxeo.

Ella tenía las maletas en la puerta de su departamento ubicado en el municipio de Huixquilucan cuando su agresor la atacó. Estaba lista para dejar la relación que se tornó violenta, y con eventos de violación y abuso sexual en su contra.

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Becky se maquilla de catrina para acudir a las protestas contra los feminicidios en la Ciudad de México. / Fotos: Mercedes Martínez

Dos meses después, cuando Becky pudo ponerse de pie y acudir a denunciar, las autoridades se negaron a iniciar el proceso: «ya pasó tiempo y además las heridas ya cicatrizaron», le dijeron a la joven. A pesar de que ella les mostró la bolsa con la que tenía que cargar en su abdomen para terminar de drenar el líquido de su cuerpo, después de la operación a la que fue sometida de urgencia el día del ataque.

“Lo conocí en una marcha de conmemoración del 2 de octubre de 2012, se hizo mi amigo y empezó a ir a marchar. A partir del 13 de septiembre del 2013 comenzó la relación. Fue muy amable, yo no sabía que me enfrentaba a un narcisista. Él era muy atento, hablábamos de socialismo y comunismo, él se informó de eso para empatar conmigo”.

“El ciclo narcisista es: idealización y atenciones; triangulación, manipulación, descarte, aspiración, disonancia cognitiva y dependencia emocional”.

Foto: Mercedes Martínez

“Es lo más horrible en la vida porque crees que ya no puedes vivir sin ellos, sientes que nadie te va querer y yo no quería estar sola. Me aferré al amor romántico que nos mata y nos lleva a una agonía de nuestra pérdida, nos despersonaliza”.

La denuncia nunca procedió. Las secuelas fueron más allá de las corporales. Después de vivir en carne propia la negligencia de las autoridades para resolver los casos de violencia en contra de las mujeres, Becky se ha convertido en una activista en apoyo a víctimas y familiares de mujeres que han sido asesinadas y violentadas.

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Ya nunca regresé a casa con él. Se quedó con mis cosas y computadoras. Yo no quise regresar. Quise emprender la denuncia y me dijeron que no se podía porque el delito ya había prescrito. A pesar de que yo estaba en rehabilitación para volver a caminar, volver a comer sola y hablar bien. Yo salí del hospital con anemia, con secuelas intestinales, sorda… Muy mal. Él sigue libre”.

Becky en la Antimonumenta instalada frente al palacio de Bellas Artes./ Foto: Mercedes Martínez

“Nunca eres tú misma otra vez”

A principios de noviembre de cada año y desde 2017, Becky viaja desde un municipio del Estado de México, rumbo a la Ciudad de México, caracterizada de Catrina, para marchar junto a un contingente de activistas, víctimas y familiares de mujeres asesinadas o desaparecidas: La Marcha de las Catrinas. Decenas de participantes se pintan la cara de muerte, al final de la jornada podrán borrar la pintura de sus rostros. Protestan por aquellas a las que les tatuaron la muerte por encima de la vida. Muertes imborrables: asesinadas.

“Al año volví a marchar y él me buscaba en las marchas. Me veía desde lejos y me tomaba fotos”.

Antes de marchar contra los feminicidios y la violencia contra las mujeres, Becky Bios ha sido activista en diferentes causas. El 6 de mayo fue detenida por participar en las manifestaciones de San Salvador Atenco: “Viví la represión de Peña Nieto. Estoy enojada con el Estado de México, me debe justicia y me debe muchas cosas. Edomex a pesar de que ha avanzado en algunas cosas, en cuestión de violencia de género se queda corto todavía”.

Desde 2016, la Marcha de las Catrinas se realiza en el marco de las festividades por el Día de Muertos en la Ciudad de México. A través de esta acción, colectivas, activistas y familiares se caracterizan de Catrinas para visibilizar los rostros de las mujeres que aún esperan por justicia.

Este año, el recorrido partió de la Glorieta de las Mujeres que Luchan (antes glorieta de Colón) sobre Paseo de Reforma, rumbo a la Antimonumenta, ubicada frente al Palacio de Bellas Artes. Aunque participaron decenas de personas, la afluencia fue menor en relación a años anteriores.

Yo tengo mi caso impune. Cuesta mucho trabajo sobrevivir. Sobrevivir es: Recuperarse. Trabajar en ti. Tener un trabajo otra vez. Lograr tu seguridad. Dejar de tener miedo, porque tienes miedo todo el tiempo; no sabes si te lo vas a encontrar y si te va a matar. Es peligroso. Este sujeto aprende que no hay un castigo, aunque sea de carácter social.”

Foto: Mercedes Martínez

“Yo pude haber sido una foto de las que están aquí”

Foto: Mercedes Martínez