El pasado ejercicio fiscal, en plena pandemia, cada uno de los 75 diputados y diputadas locales recibió 839 mil 250 pesos de dieta por la labor que desempeñan como representantes populares en la Legislatura mexiquense, en la cual una parte de ellas y ellos trabajó a distancia.
De acuerdo con lo que el área de Administración de ese poder reportó en la Cuenta Pública del 2020, destinaron 62 millones 943 mil pesos en dietas, es decir, unos 69 mil pesos mensuales por cada legislador. También recibieron el aguinaldo que por ley les toca, pero no se reportaron gratificaciones, ni bonos.
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La cantidad que reciben como «dieta» no representa el costo real que las y los legisladores significan para el erario, pues falta sumar los gastos directos e indirectos, que van desde unidades vehiculares, trabajadores, y todo lo que utilizan para su trabajo diario, incluyendo asesores que dan de alta cada trienio.
Al rubro de compensaciones se destinaron 40.5 millones, otros 2.1 millones por horas extras, 49.4 millones por aguinaldo, 310.3 millones por gratificaciones, que no se desglosan para ubicar a quienes se entregaron.
Mientras en dietas de las y los legisladores la erogación fue de 62.9 millones, en los sueldos base la Legislatura gastó 239.2 millones, un monto más alto del previsto, debido a la eliminación del outsourcing con el cual el servicio de limpieza fue absorbido por el Congreso local.
En los gastos reportados se observa que hicieron recortes por la pandemia. Inicialmente tenían contemplado erogar mil 634.4 millones, pero modificaron su presupuesto y lo redujeron a mil 609.6 millones, aunque finalmente sólo ejercieron mil 579.8 millones y lograron una economía de 29.7 millones.
Sin embargo, no en todas las partidas hicieron esfuerzos por reducir gastos, incluso a diferencia de otras áreas no lograron disminuir significativamente todos los servicios generales, pues al arranque del año tenían contemplado erogar 2.3 millones y ejercieron 3.3 millones sólo en energía eléctrica; en telefonía convencional se fueron de 2.2 a 3.4 millones, aunque en telefonía celular disminuyó de 11.4 a solo 1.4 millones de pesos.
En algunos rubros sus gastos se dispararon: en acceso a Internet se fueron de 544 mil autorizados a 4 millones gastados, el servicio postal y telegráfico pasó de 71 mil a 397 mil, los servicios informáticos pasaron de 1 a 13.4 millones, el fotocopiado de 773 mil 200 a 1.2 millones.
Además los seguros y fianzas aumentaron de 1.9 a 3.4 millones, la reparación de inmuebles fue presupuestada inicialmente con 12.1 millones y al final gastaron 146.9 millones y en contenidos para internet se fueron de 31 mil a 1.9 millones, la telefonía convencional de 2.2 pasó a 3.4 millones.
Lo que sí registró una importante reducción fueron los gastos en publicidad y propaganda, donde se consideraron 27.7 millones y sólo ejercieron 267 mil 500 pesos, en las publicaciones oficiales bajaron de 3 millones a sólo 391 mil pesos, los espectáculos cívicos y culturales de 20 bajaron a 5 millones y el gasto el celular de 11.4 millones cayó a 1.4 millones de pesos.
No ejercieron un solo peso en transportación, ni en los gastos de traslado o alimentación en territorio nacional; tampoco hubo viáticos, gastos de representación, ni erogaciones en otros rubros.