El dolor de una madre con un hijo en prisión

La madre de José Luis esta segura de que él es inocente y fue torturado para declararse culpable

Hace 4 años, el 10 de mayo, Día de las Madres, de 2016 Juana y su hija Patricia se dieron cuenta que José Luis “N” estaba desaparecido, tiempo después se enteraron que estaba en la cárcel. “El 9 de mayo del 2016 a mi hijo lo agarraron y lo trajeron aquí, desde entonces para mí el Día de las Madres no existe”. Juana Esquivel es una de las miles de madres de personas privadas de su libertad que pasarán el 10 de mayo sin motivos que festejar, mientras hace fila frente al penal de Santiaguito, en compañía de otras mujeres con las que ha logrado establecer una amistad. Cada año recuerda como esta fecha adoptó un nuevo significado para ella.

El 10 de mayo de 2016 ella y su hija Patricia, habitantes de Almoloya de Juárez, notaron la desaparición de José Luis, quien se dedicaba a la albañilería, en aquel entonces con tan solo 18 años, luego de una desesperante búsqueda descubrieron que estaba recluido en el penal de Santiaguito, en ese mismo municipio. Tras un proceso lleno de irregularidades y sin ser presentado ante ninguna fiscalía, finalmente fue sentenciado con una pena de 10 años por el delito de homicidio.

Juana está segura de su inocencia, ella sabe quién cometió el homicidio, José Luis también, luego de negarse a entregar la cantidad de 150 mil pesos a los policías ministeriales, estos lo torturaron hasta que confesó. Juana ha acudido en varias ocasiones ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado para denunciar la tortura, jamás le dieron seguimiento.

Dentro del reclusorio, Patricia, hermana de José Luis, entrega comida para su hermano, fruta, arroz, sopa, tortillas, son parte del menú de la semana. Entre las medidas implementada por la contingencia sanitaria se cancelaron las visitas. Juana recuerda que “hace como 2 años festejaron el Día de las Madres en el auditorio, hicieron concursos, rifas, bailamos…”, espera recibir una llamada para felicitarla, que le cante, al menos, Las Mañanitas por teléfono.

Actualmente, ella se dedica a vender huaraches en el centro de Almoloya, las restricciones para evitar la propagación del coronavirus han complicado aún más las cosas para su familia, con gran esfuerzo ha logrado liquidar las deudas que contrajo en Coppel y Elektra para pagar los gastos de representación legal. Juana no pierde la esperanza, espera a finales de año comenzar los trámites para la preliberación y que todo el esfuerzo haya valido la pena.

Este 10 de mayo no habrá celebración en la casa de Juana, no espera flores ni regalos. Para ella como para muchas madres el mejor regalo que les podrían hacer sería tener a sus hijos de vuelta. Las iniciativas para la despresurización de las cárceles mexiquenses contemplan la revisión de casos como el de José Luis, que en un sistema acusatorio como el nuestro tiene a las cárceles llenas de gente inocente y madres como Juana a la espera de su liberación.