El Gasolinazo

  (Parte 2) No se ha combatido con firmeza el robo de combustible, ya sea por los mismos ductos o por el robo de pipas; pues Pemex informó que cada hora se pierde casi dos millones de pesos. Recordemos que con Felipe Calderón se localizaron 204 tomas clandestinas, mientras que en el primer trimestre del […]

 

(Parte 2)

No se ha combatido con firmeza el robo de combustible, ya sea por los mismos ductos o por el robo de pipas; pues Pemex informó que cada hora se pierde casi dos millones de pesos. Recordemos que con Felipe Calderón se localizaron 204 tomas clandestinas, mientras que en el primer trimestre del 2016 aumentó a cinco mil 252 tomas, mientras que  por cada pipa robada la ganancia obtenida es de 250 mil pesos. De tal manera que en el año 2011 el valor de hurtos de gasolina y diésel fue  de cuatro mil 300 millones de pesos, en 2014 a 20 mil 645 millones de pesos. En contraste a ello existen alrededor de 2 mil 800 carpetas de investigación por el robo de combustible, de las cuales no son investigadas a fondo, ni tampoco se ha recuperado lo robado.

Teniendo el panorama mucho más amplio ahora podemos abordar el tema de las consecuencias que todos conocemos y vivimos en la actualidad.

El tema del alza de las gasolinas va más allá de la reforma energética, pues la misma era necesaria para tratar una especie de rescate (aunque no fue la ideal), pues con ella el estado no tendrá más el monopolio en materia energética y el gobierno federal deja de absorber las pérdidas de Pemex, para ello en el año 2015 se fijó el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) que se traduce en el incremento al precio actual: En la gasolina magna el incrementó será de 4.16 pesos, en premium 3.52 pesos y diésel 4.58 pesos, arrojándonos el precio que actualmente se paga por el combustible.

Con ello se amortigua la disminución de ingresos por la caída de los precios internacionales del petróleo e incluso los ingresos excedentes de los mismos.

Además, esto (como ya lo especifique anteriormente) refleja la mala administración de la empresa y a nivel gubernamental, pues en la actualidad ya no hay suficientes recursos para sostener al gobierno, ya que nunca se invirtió en nuestras refinerías, entre otros, trayendo como consecuencia lo que estamos viviendo.

Ahora bien, ¿todo está perdido? No, los movimientos de ciudadanos están rebasando a la clase política, pues el sentimiento social es un enojo generalizado en contra de ellos, lo que los debe mover a buscar soluciones compartidas reales y justas como: recuperar recursos de los malos manejos vía extinción de dominio, investigar y recuperar las carpetas de investigación sobre robo de combustible y utilizar en contra de los responsables la reparación del daño causado al país, medidas de austeridad de todos los gobernantes y de la clase política, entre otras.