En el Estado de México también opera un cártel inmobiliario desde hace muchos años

Hay apellidos reconocibles ligados a esa organización que produce miles de millones de pesos. Funtanet, Chaín, Salame, por ejemplo

Los grandes inversionistas extranjeros ven con tranquilidad el proceso político mexiquense. No les altera la posible alternancia en el gobierno. Su dinero está seguro y produciendo. No advierten ningún signo presente o futuro de ingobernabilidad por la sucesión en la gubernatura. En otras palabras, a los tiburones del capital parece que les da lo mismo, gane X o Y partido el próximo año. Esas, indudablemente, son buenas noticias para todos.

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Estados Unidos es el país extranjero con mayores intereses económicos en el Estado de México, después España, Alemania, Canadá, Australia, Italia, Japón, Suiza, Bélgica y Francia, y hasta ahora ninguno ha manifestado preocupación o inquietud alguna por el proceso electoral que podría traer un cambio después de casi 100 años de gobiernos ininterrumpidos priistas. No hay en el registro formal un solo comentario negativo o nota que indique desasosiego. Hay calma.

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El volumen de inversión privada en el Estado de México durante los últimos 5 años es sorprendente, 480 mil millones de pesos. Captar casi medio billón en un entorno tan hostil con un terremoto, pandemia y una guerra, es francamente destacable. Si algo ha hecho bien el gobierno de Alfredo del Mazo es precisamente la promoción económica. Es francamente extraño que su propia comunicación oficial no se ocupe de destacar ese logro. Pocos los huevos y ni así los cacarean. Qué raros.

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En el Estado de México también opera un cártel inmobiliario desde hace muchos años, ostensiblemente al menos desde el 2000. Hay apellidos reconocibles ligados a esa organización que produce miles de millones de pesos. Funtanet, Chaín, Salame, Rivera Torres, por ejemplo, entro otros muchos. Un asunto digno de investigarse.

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No son pocos los integrantes de la comunidad que atribuyen al exrector, exsecretario de Educación y exsecretario General de Gobierno, Efrén Rojas Dávila, una influencia de factótum universitario. Desaparecido de la escena pública desde que renunció al gobierno y se contrató como asesor del senador Higinio Martínez –cabeza del grupo “Mexiquenses de Corazón” que controlaba a Morenaen Edomex– parecería que Efrén dedica su experiencia y tiempo a dar consejos al rector Carlos Eduardo Barrera. ¿Será?