Huamango: fiesta bajo el sol

Toluca, México; 15 de marzo de 2018. Este jueves se inauguró el trigésimo primer Festival del Quinto Sol en la zona arqueológica de Huamango, Acambay, con la ancestral ceremonia otomí del Encendido del Fuego Nuevo, culto realizado por el jefe supremo de la comunidad otomí y danzantes de la región. Ancestralmente, los otomíes se llevaban […]

Toluca, México; 15 de marzo de 2018. Este jueves se inauguró el trigésimo primer Festival del Quinto Sol en la zona arqueológica de Huamango, Acambay, con la ancestral ceremonia otomí del Encendido del Fuego Nuevo, culto realizado por el jefe supremo de la comunidad otomí y danzantes de la región.

Ancestralmente, los otomíes se llevaban el fuego nuevo a sus hogares como símbolo de renovación. Era un morir y un renacer y en la importancia del fuego nuevo significa la celebración de la venida de la primavera y el equinoccio del sol, por eso es necesario cargarse de energía con los cuatro elementos.

Marcelino Domingo Barragán López, jefe supremo del municipio de Acambay y representante de 37 comunidades hablantes de la lengua otomí desde hace tres años, dijo que su principal función es rescatar la cultura y las tradiciones que tiene la comunidad y enseñarle a los jóvenes, niños y adultos a que se incluyan a las actividades y puedan seguir vigentes en años siguientes.

Minutos antes, los jefes supremos y un representante de la danza Yat´si Tama Ya de Acambay hicieron un recorrido hacia la capilla para llevar una ofrenda a sus ancestros que están enterrados debajo. Cuentan que cuando llegaron los españoles, ellos eran enterrados vivos si los encontraban en el centro ceremonial realizando sus ofrendas. Es por eso que, como guardianes de la zona, los jefes supremos les piden permiso, como guardianes de la ciudad para realizar la ceremonia.

Natalia, la abuela del fuego desde hace 20 años, dijo que muchos de los visitantes a la ceremonia, principalmente jóvenes, no saben a qué vienen ni los orígenes, por lo que considera que es de suma importancia el transmitir la historia, las raíces, de dónde somos, de dónde venimos y por qué estamos aquí. 

El ritual del fuego nuevo significa la emanación del sol, donde el fuego es su representante en la tierra, así que el fuego purifica y regenera para agradecer los bienes recibidos, además va ligado a la leyenda del Quinto Sol, de origen náhuatl, que narra que durante el Quinto Sol, bajo la influencia de Quetzalcóatl, los dioses se reunieron y decidieron establecer una nueva especie humana que poblara la tierra. Quetzalcóatl se dirigió a Mictlantecuhtli y le dijo que venía en busca de los huesos que estaban bajo su custodia. Este no quería entregárselos por lo que le pidió superar una prueba.

Tenía que hacer sonar el caracol que le ofrecía y darle cuatro vueltas alrededor del círculo interior. Pero el caracol no tenía agujero alguno por donde Quetzalcóatl pudiera entrar a darle vueltas. Entonces llamó a los gusanos para que hicieran los huecos y a las abejas para que entraran e hicieran sonar el caracol. Al oírlo, a Mictlantecuhtli no le quedó más remedio que entregarle los huesos. Inmediatamente se arrepintió porque los huesos pertenecían a las generaciones pasadas y su lugar estaba allí, en Mictlán.

Quetzalcóatl no cedió y al encaminarse hacia donde estaban aquellos huesos, envió a su doble y les hizo creer que volvía para regresarlos a la vida. Estaban por separado los huesos de mujer y los huesos de hombre, sólo era cuestión de amarrarlos y llevárselos. Quetzalcóatl ascendía ya del Mictlán y Mictlantecuhtli pensó que aún tenía tiempo para recuperar los objetos preciosos y ordenó a sus servidores cavar un hoyo. Dándose prisa, se adelantaron a Quetzalcóatl, que cayó muerto en sus profundidades. Éste, al caer, soltó los huesos, que rápidamente se esparcieron por toda la superficie.

Pero Quetzalcóatl resucitó y recogió de nuevo los restos. Afuera le esperaba la doncella Quilaztli, quien molió los huesos y los colocó en una vasija de belleza singular, mientras Quetzalcóatl descansaba de su misión. Entonces se reunieron los dioses y Quetzalcóatl vertió su sangre sobre el polvo de los huesos. Todos hicieron penitencia y, por fin, decretaron el nacimiento de los humanos.

Ivett Tinoco García, directora general de Patrimonio y Servicios Culturales de la Secretaría de Cultura estatal, detalló que el festival tiene como objetivo construir un medio de participación y expresión para las comunidades indígenas en la vida activa de la sociedad contemporánea.

Hacer converger cinco formas de existir, cinco vidas, cinco soles, cinco etnias que cada año dan paso a un abanico de manifestaciones, usos y costumbres ancestrales en un espectáculo cultural completamente gratuito para toda la familia.

El festival se realiza del 15 al 21 de marzo, con un programa general de 457 actividades en 74 de  municipios de la entidad, para difundir y preservar las tradiciones, valores y el conocimiento de las comunidades indígenas, así como involucrar a la población a través de las manifestaciones artísticas, culturales e históricas, se espera la asistencia de más de 84 mil visitantes durante los siete días de fiesta.