Inseguridad, violencia y elecciones marcarán la agenda para este 2023

Inseguridad, violencia y elecciones marcarán la agenda para este 2023
Nadie debe creer que con una varita mágica se acabe con los problemas, pero sería deseable que las contendientes por la gubernatura ofrezcan alternativas

Inicia el 2023, para muchos con renovadas ilusiones, con esperanzas cultivadas tras lo conseguido el año anterior, con expectativas alentadas siempre por el deseo de que todo vaya a mejor (o, por lo menos, no empeore). Hay, en la agenda pública, varios temas que no se pueden obviar: está el reto económico, por ejemplo. Aunque los principales indicadores como el tipo de cambio, la tasa de desempleo, el crecimiento del PIB, la Inversión Extranjera Directa, la Deuda Externa y otros se mantienen estables, hay un crecimiento magro y la inflación del año recién concluido fue elevada como hace mucho no se veía. 

En este sentido, el mundo seguirá sufriendo las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, cuyos efectos económicos ya han causado estragos como la mencionada inflación a nivel global. También estarán resintiendo las cadenas de suministros la crisis en China por los contagios de Covid-19. Económicamente el 2023 será un año complicado para casi todo el mundo, incluido nuestro país. En el bolsillo de la gente se resentirá ineludiblemente.

Incremento al salario mínimo y elecciones

Y, ya que menciono el bolsillo de la gente, es importante señalar que el año inicia con un incremento al Salario Mínimo en todo el país que representa un hito en el ámbito laboral, pues en los últimos cuatro años prácticamente se ha triplicado, pasando de 88 pesos en 2018 a 207 en este año que inicia. Este es todo un tema y merecería una discusión aparte, pero es un hecho que marca el año que inicia, sumado a la reciente aprobación de 12 días de vacaciones a partir del primer año de antigüedad en el empleo. Vaya, el ámbito laboral provee una de las agendas para el año que inicia.

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Desde luego, también está en el horizonte el tema político, pues hay elecciones en el Estado de México y Coahuila y, además, a finales del año inicia legalmente el proceso electoral que desembocará en la elección presidencial del 2024. En este horizonte se debe agregar el destino que corra la reforma que en materia electoral estaría aprobando el Poder Legislativo en los primeros meses del año. Seguramente será en el Poder Judicial donde se decida su suerte. De avanzar, estaría generando nuevas condiciones precisamente para los procesos electorales venideros.

Normalización de la violencia

Creo, sin embargo, que el tema más importante para este año que inicia seguirá siendo, como en las últimas décadas, la violencia. Nuestra sociedad está desgarrada por una violencia rampante en casi todos los ámbitos. La cantidad de homicidios dolosos sigue siendo indignantemente alta. Los feminicidios son uno de los rostros más dolorosos de este fenómeno, lo mismo que las desapariciones. En este mismo espacio ya hemos tocado todos estos temas especialmente lamentables a lo largo de los años y, sin embargo, parece ya ser algo normal.

En efecto, la normalización de la violencia en todas sus formas de expresión es ya una constante en nuestro día a día. Y la impunidad es, de la misma manera, el principal factor con el que se le puede relacionar. No hemos sido capaces de diseñar ni políticas públicas ni instituciones ni marcos normativos ni mucho menos servidores públicos capaces de revertir la ominosa cantidad de actos violentos que quedan en la impunidad. 

En el año que estamos iniciando el reto sigue siendo ese: imaginar y ejecutar acciones nuevas, distintas, que den otros resultados. La reiteración de los actos que nos han llevado al escenario deplorable en el que estamos no puede hacernos albergar perspectivas halagüeñas. Llevamos ya al menos dos décadas de dedicarnos a sumar y sumar víctimas, a ver cómo se baten los records del año anterior una y otra vez. No podemos olvidar ese 182% en el que se incrementó el número de homicidios dolosos en el sexenio de Felipe Calderón, abriendo una espiral de violencia en la que seguimos atrapados. De entonces a la fecha no ha sido posible parar el baño de sangre.

Regiones importantes del país concentran los casos. El Estado de México ocupó este 2022 el nada honroso tercer lugar entre las entidades del país con más homicidios. También figuramos en los primeros lugares en desapariciones, feminicidios y otras formas de violencia. El 2023 mantiene ese reto titánico para quien resulte electa como gobernadora. Nadie debe creer que con una varita mágica se acabe con los problemas, pero sí sería deseable esperar que las contendientes por la gubernatura ofrezcan lecturas alternativas de la realidad y, en consecuencia, propuestas que no sean más de lo mismo.

En los últimos años en nuestra entidad hemos tenido desde asesinos seriales hasta matanzas del crimen organizado, masacres de las autoridades, horribles infanticidios, irracionales crímenes de odio, ilógicos feminicidios, indignantes linchamientos y casi todas las formas posibles de exhibición de violencia. Ello, sumado a la delincuencia común, conforman el reto al que nos referimos. La violencia e inseguridad seguirá siendo la agenda pública más importante y urgente de atender en este año que inicia. Ojalá avancemos en la ruta adecuada.