La espalda del candidato

Toluca, Estado de México; 11 de abril de 2018. "¿Le vamos a dar otra oportunidad al PRI?  ¿Vamos a permitir que el PRI nos gobierne otros seis años?" –preguntaba Ricardo Anaya Cortés, abanderado de la coalición “Por México al Frente”. "¡No!", se escuchó al unísono. Es miércoles 11 de abril de 2018. Son casi las […]

Toluca, Estado de México; 11 de abril de 2018. "¿Le vamos a dar otra oportunidad al PRI?  ¿Vamos a permitir que el PRI nos gobierne otros seis años?" –preguntaba Ricardo Anaya Cortés, abanderado de la coalición “Por México al Frente”. "¡No!", se escuchó al unísono.
Es miércoles 11 de abril de 2018. Son casi las 7:50 de la noche. En la explanada de la Alameda central de la ciudad de Toluca se reúnen militantes del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. La mezcla de colores azul, amarillo y naranja se hace presente para recibir al candidato presidencial.
La cita estaba pactada a las cinco de la tarde, pero dos horas y más de 25 minutos después Anaya arriba al estrado donde ya lo esperan los candidatos de la fórmula al Senado por el Edomex, el perredista Juan Zepeda y la panista Fernanda Rivera. También están en el mitin los dirigentes estatales de los partidos coaligados: Víctor Hugo Sondón, Omar Ortega y Juan Ignacio Samperio.
Otros que están son los “simpatizantes” de la coalición. Hay mantas, playeras, gorras y pancartas que así lo avalan. Son de Huixquilucan, Jilotzingo, Nicolás Romero, Hueypoxtla, Ecatepec, Temoaya, Tenancingo, Xonacatlán, Valle de Bravo, Ixtapan del Oro, Coyotepec, Temascalapa y Zinacantepec.

La eterna espera

Cinco minutos antes de las seis la lluvia arrecia en plena primavera, en la capital mexiquense, los que aparentemente llegan tarde tratan de resguardarse de la lluvia bajo el templete blanco que abarca casi tres cuartas partes de la Alameda. La parte superior del monumento a Cuauhtémoc se ve superada por la misma. Otros llegaron desde las 16:00: la espera es larga. El candidato viene retrasado, se escucha entre los organizadores.
18:20 horas. La lluvia no cede y los militantes comienzan a desesperarse, se escuchan chiflidos, otros más se levantan, luego regresan, los vendedores de hules para cubrirse de las inclemencias del tiempo tienen buena vendimia.
18:25. El animador pide al sonido local que ponga la canción de “Yuawi”, Movimiento Naranja, misma que se escucha en todas las versiones existentes.
18:50. La lluvia cesa, la música de los Ángeles Azules intenta quitar el aburrimiento y desesperación de los presentes, se busca a un niño perdido –que vaya atrás del templete de presa-.  Y del candidato, “ni sus luces”.
En busca del voto ciudadano tanto Anaya como los demás candidatos prometen hasta lo imposible, dicen lo que la gente quiere escuchar, repiten el mismo discurso de antaño, adecuado a la situación y entidad a visitar; sin embargo, son en esos militantes en quienes menos piensan cuando organizan los mítines: traslados de más de tres horas de otros municipios del estado; inclemencias climáticas como el sol, la lluvia y el frío (en ese orden); la espera por más de dos horas para escuchar al candidato; además de las horas de regreso a su lugar de origen, sin contar los empujones, aventones, pisadas y demás contactos entre la multitud.     
19:07. En el sonido local se escucha “Ya está aquí el candidato, pero dice que se siente que es Toluca y está muy frio, está esperando un grito para pasar a este cuadrilátero”. Minutos más tarde el candidato sube al estrado enfundado en camisa blanca y chaleco gris.

El optimismo

Antes de que Anaya tome la palabra, a las 19:15 hace uso del micrófono el aspirante al Senado Juan Zepeda. Es él quien tenía reservados los aplausos, las porras y hasta los cohetes que se escuchan al fondo. Tal vez se deba a que la mayoría de los presentes provienen de municipios del oriente mexiquense, no así de la ciudad capital.
 “Hoy donde más están temblando por la coalición es aquí en el Estado de México, porque a diferencia del año pasado ahora sí vamos juntos y vamos a ganar”.
De nueva cuenta promete más de 3 millones de votos para Anaya, quien lo escucha y sonríe complacido.
El diputado perredista con licencia asegura que 80 días serán suficientes para remontar las encuestas que, dice, cada vez ponen más cerca a Ricardo Anaya del primer lugar. El oriundo de Nezahualcóyotl afirma que harán una campaña de propuestas “alegre y feliz”, misma que espera se traduzca en votos.

Mujeres, corrupción y violencia

19:27 Finalmente Ricardo Anaya se dirige al electorado. Pide una disculpa por el retraso y le echa la culpa a la lluvia y a un accidente de tránsito que le impidió llegar puntual a la cita con los mexiquenses.
Al más puro estilo del presidente Enrique Peña y el gobernador Alfredo del Mazo, el panista pregunta que "¿cómo están las mujeres?". 
Un grito estruendoso de vivas y porras de las féminas  y después asevera: "En el Estado de México mandan las mujeres".
Retoma el punto donde señala que de llegar a Los Pinos será absolutamente implacable contra la violencia que se ejerce contra las mujeres en México, dice que cuando sea presidente ahora sí se les va a respetar. En el mismo tenor habla de la igualdad de salarios.
También habla de corrupción y vuelve a preguntar a los ahí reunidos: "¿Creen de verdad que los candidatos del PRI van a luchar contra la corrupción?" 
-¡No!- contestan.
Refiere que según las cifras del propio gobierno federal el año 2017 es el que más violencia ha registrado en los últimos 20 años. 

El México de ensueño

Anaya asegura que si es favorecido con los votos de los ciudadanos, viviremos el México de nuestros sueños.
“El México que soñamos está muy cerca, un México donde haya igualdad de oportunidades; donde no haya impunidad; en el que la ley se aplique desde el presidente hasta el ciudadano; donde exista prosperidad, crecimiento económico y bienestar para todos y no sólo para unos cuantos”.
19:43 Anaya no habla de sus oponentes, tampoco de propuestas o proyectos específicos para el territorio mexiquense, contrario a ello, pide a todos que hagan una V de la Victoria, de la fuerza y de la determinación y al tiempo que hace la seña grita "¡Viva el Estado de México! ¡Viva México!". 

Llega tarde y se va temprano
     
Los cuetes vuelven a sonar y la banda a tocar. Todos saltan de sus sillas en busca de una selfie con el candidato. Hay una valla que abarca la mitad de la explanada, por ahí pasa el candidato entre apretones, intentos de saludos de mano, intentos de fotografías, resguardado por otros tantos.
El candidato no se detiene. Sigue de largo. La gente lo espera, pero a Anaya lo que le urge es irse. Y entonces se va, sin voltear atrás. En eso terminó todo, con la espalda del candidato.