La Quinta Columna

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Tradicionalmente el quinto informe es el banderazo de salida casi para todos, excepto, para los que se han venido definiendo como cartas del habitante de palacio

¿Destaparse en el PRI es un proceso tan liberador como salir del clóset?

El pronunciar públicamente las aspiraciones es parte de la liturgia priista que se repite aproximadamente cada cinco años, por lo que los matices y patrones de conducta son predecibles; sin embargo, siempre hay quienes con razón se salen del guion —muchas veces ha salido mejor.

Los cercanos y los operadores de ocasión siempre tratan de aparentar que todo está bajo control y mandan mensajes de lealtad, disciplina, que hay que esperar los tiempos, que solo el gobernante en turno decidirá, etcétera. La vida real es que con el paso de los días, el poder disminuye y la preocupante sentencia de que «Los carniceros de hoy serán la carne de mañana» les inquieta cada vez más.

Tradicionalmente el quinto informe es el banderazo de salida casi para todos, excepto, para los que se han venido definiendo como cartas del habitante de palacio. Ellos previa autorización se exhiben en la plaza, lo que siempre es reclamado por propios y extraños como una desventaja competitiva y de hecho lo es, aunque no definitoria.

La historia dice que nunca un gobernante en turno ha definido a su sucesor o al menos a quien en su momento perfilaba como primera opción —esto a pesar de que ya se han presentado casos donde el presidente de la República es de otro color por lo que no ha sido el gran elector. Han quedado otros que no eran los deseados inicialmente, ya sea por el criterio de grilla pura o conveniencia.

Muchos seguidores se han dormido pensando que es uno y despiertan enterándose que es otro.

Haciendo un ejercicio de agrupación por bloques en la actualidad se identifican tres de ellos:

Uno, el conformado por dos secretarios (casualmente hombre y mujer) que están recorriendo, con autorización, el estado: Ernesto Nemer y Alejandra del Moral.

Dos, el integrado por dos diputados federales con perfiles destacados. Aunque no los mejores vistos por los equipos actualmente en el poder por ser capaces de marcar diferencia y desmarcarse: Ana Lilia Herrera y Ricardo Aguilar.

Tres, el que está por conocerse caracterizado por su cautela, sagacidad y por tener con qué, donde pudieran estar dos diputados federales más: Laura Barrera y Carlos Iriarte, a los que se sumaría un tercero o tercera que sin cargo, pero con abolengo y trayectoria está deshojando la margarita, ya se verá si salen a la luz.

Cualquiera enfrentará un contexto donde el partido político que pretenden abanderar pasó de controlar casi todas las gubernaturas a tener 18, actualmente cuatro y pasadas la elecciones de este año probablemente dos, es decir de presencia territorial nacional a regional  para llegar a local. Además de venir de un proceso de coalición donde el PAN tiene un solo candidato que seguramente estará pensando en no negociar la candidatura o negociarla muy caro.