Todos menos yo
“Ha tiempo, mi querido Marcelino, que esa cancioncita de Patxi Andión me fascina”.
El borrachín de mi amigo, con una casaca roja y una gorra azul pentecostés, me mira de palmo en palmo. Lleva una faltriquera verde limón y calza botines amarillos. Parece un compendio de colores. No responde y bebe su copa.
“En fin amigo. Este catalán le puso por nombre “Todos menos yo”, pero el vulgo le conoce más como “Las elecciones”… Juzga amigo la letra, traslada algunos elementos de la España de bota a nuestra choristocrática realidad de democracia simulada”.
Marcelino alza la cabeza. “La he escuchado Germán. Las similitudes son brutales”.
Se incorpora con lentitud y, como si hubiese adquirido un segundo aire, sus ojos chispean. El tema le atrae, le gusta.
“Mira Germán, este canto infiere la importancia de los medios, sobre todo de la “caja idiota” para lograr ese aplatanamiento social brutal. Pero, para poder encontrarle lo que Patxi encontró, hay que, primero, quitarnos de fobias y entrar de lleno a la cargada, para que aquellos agoreros del todo y nada no nos salgan con el consabido “se los dije”. Ya lo sabremos, ya estaremos dos pasos adelante y ojo que me refiero a la chanza priísta, donde las señales se cruzaron en las últimas semanas para tratar de vendernos la idea de la perpetuación del delmacismo”.
“Sea como sea Marcelino, la charada está a punto del clímax que, dicho sea de paso, no significará nada para los habitantes de la Vía Utopía, acostumbrados a que lleguen los gobernantes con una mano enfrente y otra atrás, y luego concluyan dueños de mansiones y riquezas”.
“¿La cantamos Germán?”
“¡Ladrémosla Marcelino!… y el que la lea también puede hacerlo”.
“¿Ladrarla?”.
“Cantarla, gordo, cantarla… vamos pues”.
¡Patatas! ¡Pipas! ¡Caramelos!
Pasen señores, pasen y vean:
el gran circo ya está en marcha.
Señoras y señores, niños queridos, sin más dilaciones:
¡las elecciones!
Una buena elección
es una buena acción
que te permite ver
quién va a mentir después:
tú tienes que votar,
hay que participar,
todos para ganar
se meten en tu hogar,
todos van a actuar en la televisión.
Todos… menos yo.
Hay que pensarlo bien
no vaya a ser que al fin
tengamos que salir
echando pies de aquí:
he visto a más de uno
que van a rezar
a ver si el Señor
en su infinita bondad
les resucita al general.
Algunos… menos yo.
¡Jaja!
Ya tienes un papel
en la gran función
donde ninguno son
lo que eran ayer:
el bueno no es bueno,
el indio es inglés,
el malo comulga
y la chica soy yo.
¡Jajajajaja!
¡vaya función!
Algunos se han liao
con Cristo redentor
y ofrecen el milagro
de resurrección:
los ciegos van a ver,
los sordos van a oír,
los cojos van a andar
y al fin de la función
las mujeres van a parir.
Todas… menos yo.
Todos van a ganar
y nadie va a perder
dormidos a la sombra del general;
y aunque no es lo peor que puede suceder
el último la vez, del primero la voz
y a todos guarde Dios con el santo papel
Todos… menos yo.
¡Jaja!
Ya tienes un papel en la gran función
donde ninguno son lo que eran ayer
el bueno no es bueno,
el indio es inglés,
el malo comulga
y la chica soy yo
¡Vaya función!
Síguenos