La tragedia de Tlatlaya: vivir con miedo en una comunidad marginada

La tragedia de Tlatlaya: vivir con miedo en una comunidad marginada
Las imágenes muestran que la tragedia en Tlatlaya pudo ser mayor. Pues la creciente arrastró piedras, árboles y toneladas de tierra

La tormenta del pasado 17 de septiembre cayó por tres horas sobre el cerro de Tlatlaya. Nadie, en más de 40 años, había visto que lloviera tanto. Poco a poco el río San Felipe aumentó su caudal hasta 200 metros y el agua se desplazó sobre dos comunidades: San Felipe Tepehuastitlán y Cuadrilla del Cirián, en donde se registraron cuatro muertos. Una tragedia que dejó con miedo y en shock a las habitantes de las comunidades.

El último recuento de los daños –hecho por el alcalde Crisóforo Hernández Mena– habla de 250 familias con algún tipo de afectación. Once sufrieron los daños más graves, pues cinco viviendas se inundaron y algunas bardas colapsaron.

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Días después de la tormenta, las imágenes muestran que la tragedia en Tlatlaya pudo ser mayor. Pues la creciente arrastró piedras, árboles de ceiba de más de cien años y toneladas de tierra que llegaron con gran fuerza a la parte baja del municipio.

Video realizado por Daniel Rodríguez y Javier Del Villar.

Las víctimas mortales

En la Cuadrilla del Cirián, Fernando Morales, José Morales y Fernandito buscaron atravesar el río, por el camino que todos los días cruzaban. Sin embargo, en ese momento el caudal creció, la camioneta se volcó con tanta fuerza que quedó totalmente desecha. La pérdida dejó a 6 niños sin sus padres.

En San Felipe de Tehuaxtitlan, una señora salió a realizar una llamada con su hijo de 14 años, sin embargo, se acercó a la barranca y se resbaló. En su caída tomó de la mano a su hijo y ambos fueron arrastrados por la corriente. A 150 metros, el joven logró detenerse en una roca, pero su madre desapareció.

Tras la tormenta, militares, policías y personal de protección civil la buscaron por horas sin éxito, hasta que localizaron el cuerpo bajo el agua y debajo de una gran roca. La mujer dejó prácticamente huérfanos a cinco hijos, pues su esposo se encuentra en Estados Unidos.

Foto: Daniel Rodríguez

“Creo que este es el primero de hace 30-40 años, donde se ocasionan estas trombas que son incontrolables y arrasan todo a su paso. Yo le he preguntado a las personas mayores y nos dicen que es ese tiempo”, expresó el alcalde en entrevista.

En el recuento de daños también se suman los cultivos de los campesinos que estaban cercanos al río. Además de numerosos animales que fueron arrastrados, golpeando aún más la economía de las familias más pobres de este municipio con alto grado de marginación.

Seis puentes resultaron dañados y las carreteras fueron parcialmente inhabilitadas por los derrumbes. El recuento de daños aún se sigue haciendo para solicitar apoyos del gobierno del Edomex.

Por el momento, la emergencia ya es atendida con el apoyo de protección civil del Edomex, Desarrollo Social, Seguridad Pública, Secretaria de Gobierno, la Junta de Caminos, CAEM y municipios vecinos que han donado víveres. Sin embargo, la tragedia solo es una parte de lo que a diario enfrenta la población de este municipio.

La tragedia permanente en Tlatlaya

En este municipio rural, con poco más de 31 mil habitantes, 45.2 por ciento de la población está en pobreza y 15.6 por ciento en pobreza extrema. Entre las carencias sociales que enfrentan los habitantes están acceso a los servicios básicos en la vivienda y el acceso a la alimentación.

Problemas que se agudizan con la presencia del crimen organizado, del que nadie habla, pero forma parte de la vida cotidiana de esta localidad colindante con el estado de Guerrero.

A los habitantes de poco les sirve vivir en el municipio con mayor extensión territorial del Edomex, con alta cantidad de recursos naturales y posibilidades productivas, pues está en el olvido y a expensas del control de la Familia Michoacana, según documentan diversos medios de comunicación.

Esta situación ha convertido a Tlatlaya en un municipio que solo se menciona para hablar de tragedias. La más emblemática ocurrió el 30 de junio del 2014, cuando 22 personas fueron asesinadas por soldados, un caso que sigue sin esclarecerse.