Lo Mejor del Se Dice Que…

Las opulencias de José Manzur son mucho más que una cara colección de autos deportivos y un rancho con lago artificial y zoológico incluidos: es un hombre absurdamente enriquecido gracias al servicio público y la política. Hasta el año 2000 fue un personaje de bajo perfil, con muy mala reputación, pero los últimos 16 años […]

Las opulencias de José Manzur son mucho más que una cara colección de autos deportivos y un rancho con lago artificial y zoológico incluidos: es un hombre absurdamente enriquecido gracias al servicio público y la política. Hasta el año 2000 fue un personaje de bajo perfil, con muy mala reputación, pero los últimos 16 años han sido de jauja, ascendiendo una y otra vez en el escalafón administrativo mientras acumulaba cargos y poder. Pepe era rico, pero se hizo multimillonario con Montiel, Peña y Eruviel; aunque hay tres personajes en particular a quienes debe que sus cuentas bancarias estén a reventar y que el inventario de sus bienes sea tan grande como imposible de memorizar: Isidro Pastor, Juan Armando Hinojosa y Luis Videgaray.

Además de su colección de Mustangs, el hombre que hoy se desempeña como secretario general de Gobierno y ejerce el control de las estructuras electorales paralelas al servicio del PRI tiene varios Porsches, Ferraris, Mercedes y diversos autos clásicos. Aunado a su conocido rancho “Las Brujas”, en Toluca, hace no mucho compró otro en Lerma, donde guarda al menos media docena de caballos purasangre de salto. Su residencia oficial es en el Club de Golf San Carlos, pero tiene decenas de casas en Toluca, Metepec, Valle de Bravo, Coacalco, Naucalpan y Temascalcingo, además de un par de departamentos de lujo en Santa Fe y en Las Lomas, en la Ciudad de México.

Si se sumaran todos los salarios que ha cobrado en el servicio público durante 40 años de carrera administrativa y política con las ganancias que le dejan las grúas –por fabulosas que sean–, difícilmente le alcanzaría para justificar todo lo que tiene, pero nunca nadie se ha ocupado de investigarlo.

Todo el mundo en la clase política sabe del enriquecimiento de José Manzur: es un tema de dominio general en ese sector. Algunos se sorprenden, otros se indignan, unos más lo lamentan, pero hay quienes lo celebran y hasta envidian. Para muchos Pepe es el arquetipo priísta que la gente repulsa, es ese tipo de personajes que explican por qué ocho de cada diez ciudadanos quieren votar contra el PRI en la próxima elección.

En este estado, la exhibición pública de un pequeña parte de la descomunal riqueza de un funcionario público como José Manzur difícilmente podrá derivar en una investigación formal o en un proceso legal; es muy posible que no trascienda lo mediático.

Las imágenes aéreas del rancho son impresionantes (www.alfadiario.mx), cuatro hectáreas de terrenos ejidales bardeados en San Martín Toltepec, en los límites de Toluca con Almoloya de Juárez. Según el último censo, este pueblo es de gente pobre, indígena y analfabeta. Hay 715 viviendas, pero ninguna como “Las Brujas” (Manzurlandia), la finca de recreo del secretario general de Gobierno, José Manzur. Su sola dimensión provoca perplejidad: es más grande que “La Bombonera”, que el aeropuerto de la ciudad o que el mismísimo zócalo de Toluca –con todo y catedral, plaza cívica, palacio de gobierno, Cámara de Diputados, palacio del Poder Judicial y el propio ayuntamiento–. Es un minifundio a 15 minutos de Los Portales

Inevitablemente, “Las Brujas” de Manzur evocan a “Las Mesas” en Valle de Bravo del prófugo exgobernador de Veracruz, Javier Duarte. Los rasgos arquitectónicos son similares: el sello Higa se nota en ambos.

Manzur nunca ocultó esa propiedad; por el contrario, la presumía cada que podía. Las fiestas allí, con la clase política, son comunes: han estado personajes del PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, Panal y demás; prácticamente, todo el gabinete, diputados, magistrados y senadores. El propio Enrique Peña lo visitó. Todo el mundo en la administración pública sabía de “Las Brujas” y nunca nadie cuestionó su origen.

La exhibición pública de la propiedad –hecha por el visitado portal de periodismo digital http://www.sinembargo.mx– no ha merecido hasta hoy ningún comentario del propietario ni de su jefe, el gobernador, ni del contralor ni de los diputados de la misma oposición. Parecería que descubrir propiedades a los hombres del servicio público forma parte de la normalidad mexiquense.