¿Más fármacos para resolver la obesidad?

¿Más fármacos para resolver la obesidad?
Con una inyección semanal hacen que la gente disminuya hasta un 15% de su peso. 

Las farmacéuticas ya están preparando su nuevo gran negocio: fármacos contra la epidemia de obesidad. No es nuevo para nadie que el mundo experimenta una epidemia de obesidad. Esto, desde luego, está directamente relacionado con el consumo e ingesta de alimentos. Ya en otras ocasiones hemos abordado el tema en este espacio. Hablamos del mercado mundial de alimentos, basado en ultraprocesados. También hemos mencionado la transformación de los patrones alimentarios de los últimos tiempos y lo hemos vinculado al modelo socioeconómico. Los números ya no son tan necesarios para ilustrar esa crisis. Basta mirar alrededor para darse cuenta de la gente con problemas de peso.

Hasta 15% de peso menos

Hay muy bastos estudios relacionados con la ingesta calórica, con el modo en que los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas alteran los mecanismos del hambre y la saciedad, provocando que la gente coma más y más sin que se sienta satisfecha. Eso es un tema más que documentado, pero ahora comienzan a documentarse algunos estudios clínicos que buscarán lanzar nuevos medicamentos a nivel global para hacer que la gente disminuya de peso. Hace apenas unos días el semanario inglés The Economist publicó un editorial recuperando este tema, pero introduciendo un dato muy relevante: una nueva clase de medicamentos, llamados agonistas del receptor glp -1 “está generando entusiasmo entre los ricos y bellos“. 

El que esta publicación haya incluido dicho editorial en su edición sólo puede ser tomado como signo del nuevo gran negocio de varias grandes compañías (que en los últimos tres años crecieron enormemente, a raíz de la pandemia de Covid-19) en los años venideros: vender fármacos que -según se explica- con una inyección semanal hacen que la gente disminuya hasta un 15% de su peso. 

Otros de los detalles que comparte la mencionada publicación es que ya se venden estos medicamentes en Estados Unidos, Dinamarca y Noruega, pero “pronto estarán disponible en otros países“. Lo cual significa que realizarán el cabildeo necesario para que se autorice su ingreso a otros mercados nacionales, que se empiece a promover y para ello reclutarán especialistas, figuras públicas y destinarán recursos a Universidades, Centros de investigación y políticos para tal fin.

Negocio redondo

Dados los muy severos problemas de obesidad, se argumentará sobre lo que pueden ayudar estos nuevos fármacos. Las proyecciones económicas de las que habla The Economist es que para el año 2030 el mercado de estos nuevos medicamentes será de unos 150 mil millones de dólares al año. 

Ante esta información vale la pena subrayar que la raíz del problema queda intocada. Es decir, los laboratorios que están apostando por estos productos no apuntan a la base, a modificar el modo de comer y la calidad de los productos que se ingeren. Esta es una respuesta que no se ocupa de modificar las causas del problema, sino que se ofertan medicamentos (básicamente antidiabéticos que reducen el apetito y ayudan a bajar de peso) para reducir lo que es el principal síntoma: el sobrepeso. Y es que se trata de eso: atacar un síntoma, no necesariamente la enfermedad.

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Lo que comenzaremos a ver es que hay estudios clínicos que demuestran los resultados: la gente que se aplica el fármaco baja de peso, pero ello no soluciona el problema de la muy mala alimentación que caracteriza a nuestra sociedad y nuestro tiempo. La industria de alimentos crea el problema y ahora la industria farmacéutica saca provecho. Entre tanto, el modelo económico sigue intacto y eso nos anuncia que el problema realmente no se solucionará, sino que garantizará que haya potenciales consumidores de estos nuevos productos farmacéuticos. Negocio redondo, sin duda.