Mientras yo esté escribiendo, venceré a la muerte: Marco Aurelio Chavezmaya

Luce cansado, desgastado, casi adormilado, enfermo. Ahora de lento caminar, el escritor, cronista, narrador e investigador metepequense, Marco Aurelio Chávezmaya parece despedirse de sus amigos y conocidos. No habla de su enfermedad, sólo alcanza a decir que tiene un tumor que le afecta mucho su salud y estado de ánimo.   Al preguntarle sobre lo […]

Luce cansado, desgastado, casi adormilado, enfermo. Ahora de lento caminar, el escritor, cronista, narrador e investigador metepequense, Marco Aurelio Chávezmaya parece despedirse de sus amigos y conocidos. No habla de su enfermedad, sólo alcanza a decir que tiene un tumor que le afecta mucho su salud y estado de ánimo.

 

Al preguntarle sobre lo que le hace falta escribir, el autor de “La carne, la agridulce carne”, un libro de picardía, erotismo y sensualidad, dijo que tiene mucho por narrar, pero desconoce si le dará tiempo de concretar sus proyectos, porque despertar cada día ya es un triunfo. No sabe tampoco en qué consistirá su homenaje, sólo que el Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal (CEAPE), donde ha colaborado por años, organizó esta reunión de amigos para hablar de su obra, festejarlo en vida.

“No sé si me dé tiempo de terminar la novela que me falta escribir. Llevo años escribiendo notas y textos que serán parte de ella, pero a la par he escrito poemas diversos y  poesía para niños. Quien me conoce como un autor de poesía erótica, se sorprende que yo haga obra para niños, pero también para ellos he hecho prosa poética. Estoy preocupado por el tiempo, porque tengo muchas cosas por ordenar, terminar un libro para jóvenes que ya debo entregar. Estoy muy productivo, pero sobre todo ordenando material que ya tenía escrito por años para que salgan publicados este año”, agregó.

Marco Aurelio Chávezmaya adelantó a Alfa Diario que ya entregó al CEAPE un nuevo libro, el cual saldrá en unos meses, se llamará “Camisa negra”, cuyo título es una referencia de la canción del grupo colombiano Juanes, en el que se siente esa lenta despedida de la vida del autor. Nuestro entrevistado no denota tristeza en la conversación, pero los que lo conocen bien, argumentan que hay que apoyarlo para que sobrelleve su enfermedad, misma que lo tiene mermado, al grado que hace pausas en la entrevista para poder asimilar las preguntas y meditar las respuestas.

Al cuestionarle cómo le gustaría ser recordado, el autor de “Estética unisex”, un libro compilatorio que incluye obra inédita, se quedó callado por un momento y de bote pronto, con tos seca, contestó: “No sólo quiero que me recuerden como cuentista, sino deseo que la gente, que mis lectores, que mi público, mi gente, sepa que hay un Marco Aurelio Chávezmaya muy productivo dentro de la literatura. Con el nuevo libro ‘Camisa negra’, cantó: ‘Tengo la camisa negra y debajo el difunto’, con lo que me concentro en la ironía, el humor negro para sobrellevar los pesares.  Mientras yo esté escribiendo, venceré a la muerte”, sentenció.

El otrora cronista de Metepec, su adorado mexiquense “Pueblo Mágico”, acotó que también ya tiene preparado un nuevo poemario, que se llama ‘Siete moradas’, pero de ese libro no ahondó más, porque lo sorprende tremada tos que preocupó a su esposa Beatriz Álvarez, quien ahora lo asiste para todos lados para que pueda cumplir con su agenda diaria. Para los que conocen al maestro, lo recuerdan como un ente muy creativo entrando y saliendo del Bar 2 de Abril, donde yace una oda suya a La Garañona, una brebaje etílico de 12 hierbas que crecen en el altiplano mexiquense, a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar. Esa oda, ese texto es el referente del lugar, junto con los murales que tanto ha promovido el escritor. Su salud, ya no le permiten ingerir estos licores, por lo que ya no se le ve por eso lares.

Antes de despedirse, Marco Aurelio Chávezmaya alcanzó a decir el epígrafe que acompaña este texto, como un sencillo referente de la fuerza del volcán Xinantécatl, el famoso Nevado de Toluca, icono de todos los habitantes del altiplano mexiquense, quien  le da fuerzas todos los días para levantarse y escribir por horas, para alejarse un poco de la muerte y seguirla venciendo.