Toluca, Estado de México; 4 de noviembre de 2019. En Toluca, el 85.90 por ciento de los recursos para movilidad se destinan a infraestructura para los vehículos automotores, mientras que solo el 14.10 por ciento se dirige a la inversión en transporte público y movilidad activa, expresó Carlos Samoaya, especialista en movilidad de la organización Greenpeace durante la pasada presentación del Manifiesto de la Revolución Urbana.
Esta desigualdad en la distribución de los recursos no sucede solo en la capital mexiquense: Guadalajara, Querétaro, Ciudad de México, Pachuca, Puebla y Monterrey también destinan buena parte de sus recursos públicos para beneficiar solo al 30 por ciento de sus pobladores que se mueven en automóviles. En contraste, el 70 por ciento restante de los habitantes de estas urbes se moviliza en un transporte público inseguro, peligroso, ineficiente, sucio y hacinados.
Estas siete ciudades son también las siete urbes más contaminadas del país. En el caso específico de Toluca, por lo menos durante 182 días se rebasó el límite normado de 24 horas de partículas PM10; el 40 por ciento de los días se pasó el límite normado de PM2.5 y el 12 por ciento se excedió el límite normado de Ozono, de acuerdo con datos de la organización medioambiental.
Para contrarrestar los efectos que las ciudades tienen en el medio ambiente y en la vida de las personas, así como para disminuir la emisión de gases contaminantes generados por los vehículos, es necesario que se reordenen todas las rutas del transporte público, que se aumente la infraestructura ciclista, que se amplíen, mejoren y construyan banquetas que fomenten la caminabilidad en las urbes, entre otras acciones concretas.