Según cifras de la UNICEF, en México 6 de cada 10 niños sufren maltrato infantil, mientras que el 5.5 por ciento ha sufrido abuso sexual, es decir, cada año 25 mil niños son abusados sexualmente (una niña por cada 5 y un niño de cada 13).
Este tipo de actos delictivos tienen un gran margen de percepción errónea por parte de los adultos, pues mientras que el 50 por ciento de las personas piensa que el abuso infantil ocurre en la calle y es generado por un extraño, la realidad es que generalmente se da en el hogar, y en el 80 por ciento de los casos, el abuso fue realizado por un miembro de la familia o algún conocido.
En nuestras leyes, solo se castiga el abuso sexual infantil, pero poco se habla de la prevención y de la atención integral que debe tener un menor que lo ha sufrido.
Es necesario tener leyes más integrales en este tema, que en primer lugar se enfoquen a la prevención desde el hogar, informando a nuestros hijos sobre qué es el abuso sexual y en qué consiste; y en la escuela se debe reforzar la educación en conjunto con los padres de familia para concientizar sobre la importancia de conocerlo, pero sobre todo de prevenirlo. Generar en los niños, los padres de familia y docentes las competencias necesarias para reconocer el abuso sexual y por último, es necesario otorgar atención psicoeducativa para ayudar a los menores que lo han sufrido.
Generalmente este tipo de temas son evitados por la sociedad para ser tratados en público, pero la realidad es que si lo hacemos un tema cotidiano y bien informado, podemos prevenir que ocurra; recordemos que la seguridad y el bienestar de los más pequeños son responsabilidad de toda la sociedad.
(Columna publicada el 11 de noviembre de 2016)