El zapping fue materia de estudio por distintas disciplinas, porque se le empezó a vincular con la dificultad para alcanzar la concentración o con la indigestión de información.
Desde la psicología se habló del déficit de atención; desde la comunicación se identificaron sobreestímulos de información; y, en general, se sugirió que esta era una dinámica nueva que, a la larga, podría convertirse en un hábito y que, derivado de él, algunas consecuencias posiblemente serían observables en las dinámicas cotidianas.