¿Qué motiva el saqueo a comercios?

Los saqueos, pillajes, o tumultos son un fenómeno histórico que se ha manifestado a través del tiempo en distintas sociedades de la cultura occidental. “Los tumultos, como se les decía en la Nueva España -o food riots en inglés- fueron un fenómeno frecuente en los albores de la Edad Moderna, sobre todo desde fines del […]

Los saqueos, pillajes, o tumultos son un fenómeno histórico que se ha manifestado a través del tiempo en distintas sociedades de la cultura occidental. “Los tumultos, como se les decía en la Nueva España -o food riots en inglés- fueron un fenómeno frecuente en los albores de la Edad Moderna, sobre todo desde fines del siglo XVII hasta inicios del XIX”.

Así lo expresó el analista Claudio Lomnitz, profesor de Antropología de la Universidad de Columbia, a propósito de los disturbios de inicios del año pasado en México a consecuencia del incremento en el precio de los combustibles.

En aquel entonces, luego de que el gobierno declarara la liberalización de los precios de los combustibles, entrando el 2017 se generaron protestas de descontento social y saqueos en varias tiendas de autoservicio y de conveniencia.

Pero la masa se concentró en hacer patente su enojo comercios de Walmart, Elektra, Coppel y no en los inmuebles de los partidos políticos o de la SHCP, quienes dieron el aval para el aumento de los hidrocarburos. Por lo anterior, el analista José Luis Arriaga Ornelas indicó que “Estos actos son una válvula de escape social ante las condiciones económicas adversas”.

Así, él indicó que hace un año, la mayoría de las personas que saquearon establecimientos comerciales son gente que vive en espacios urbanos marginales, en situaciones económicas adversas, precarias, con altos índice de inseguridad, hacinamiento y falta de servicios.

A propósito de lo planteado, La Jornada indicó el pasado martes 2 de enero, que el costo de la tortilla había llegado hasta los 19 pesos en las colonias de Ecatepec “…donde hasta apenas hace unos años llegaron los servicios públicos, la mayor parte de la gente vive al día…”.

Y la participación de la gente en este tipo de actos hace patente la debilidad del Estado en seguridad. De acuerdo con Arriaga Ornelas, mucha gente participó en aquel 2017 de forma espontánea porque “… se podía, no había patrullas, policías o algún obstáculo que se lo impidiera”.

Pero, muchas veces existe una coordinación de estos grupos. Ya lo externó la Secretaría de Seguridad del Estado de México a través de una conferencia a medios el día de hoy, en la que indicó que a través de 8 grupos de Whatsapp y 2 de Facebook, personas incitaron a otros a participar en estos saqueos colectivos en el oriente de la entidad.

Este fenómeno, como ya lo apuntó Lomnitz, es histórico; y en el Estado de México el año pasado se vivió la misma situación, principalmente en la zona conurbada con la Ciudad de México.

Datos recopilados por la agencia BBC indican que, durante la jornada de saqueos del 2017, principalmente entre el 4 y el 6 de enero, hubo 5 muertos, mil 461 detenidos, mil 50 saqueos, 20 mil comercios cerrados y pérdidas de alrededor de 52 millones de pesos por los productos robados, y por los días en que los comercios no abrieron sus puertas, ante el temor colectivo por los pillajes.

Por otra parte, Arriaga Ornelas indicó que fueron 681 tiendas las saqueadas en todo el país, y mil 900 cerraron ante el temor de los atracos masivos. 231 de los saqueos fueron cometidos en el Estado de México, entidad que alberga, según el INEGI, 16 millones 187 mil 608 habitantes.

Lomnitz, tomando como base a E.P. Thompson (1971), hace una distinción entre saqueos de alimentos y saqueos de tiendas de electrodomésticos, siendo estos últimos una “trasgresión a la economía moral”. Aunque no se resuelva el problema del hambre y la situación económica desfavorable, hurtando electrodomésticos “…se solventa un gasto considerado moralmente justo”.

Así, estas manifestaciones sociales son muestra de una conducta colectiva de trasgresión al Estado, mediante las que se intenta mitigar carencias sociales a través de la satisfacción de necesidades no básicas. “Una de cal por las que van de arena”.

Estas conductas sociales se manifiestan en entornos de incertidumbre política o en condiciones económicas desfavorables, y no son únicas de México.

En la celebración de las pasadas fiestas navideñas en Venezuela, la población saqueó varias tiendas departamentales en el estado suroriental de Bolívar.

Según El Comercio, la policía detuvo a 28 personas por disturbios en 10 tiendas. “Los saqueos no son por hambre, ni por conseguir comida. Son acciones vandálicas organizadas por algún sector que quiere crear zozobra, justamente en estas fechas”, indicó el jefe de la Cámara de Comercio Local a ese medio.

Diciembre fue un mes de inestabilidad política en Honduras, debido a los comicios para elegir presidente en aquel país centroamericano. Ante las denuncias de la oposición, encabezada por Salvador Nasralla, por fraude electoral, el gobierno de Juan Orlando Hernández detuvo a 50 personas el primer fin de semana de diciembre por saqueos en Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Argentina vivió una ola de saqueos y disturbios en el marco de la inconformidad popular hacia el gobierno nacional, encabezado por Mauricio Macri.

“… el gobierno confundió su respaldo electoral en las últimas elecciones con un cheque en blanco para poner en marcha políticas viejísimas basadas en maximizar ganancias empresariales y endeudar al país”, indicó a Sputnik News Claudio Lozano, ex diputado argentino.

Así las cosas, el gobierno del Estado de México informó hoy que, a causa de los saqueos colectivos realizados antier y ayer en el oriente mexiquense, se detuvieron a 114 sujetos. Habrá que esperar la movida del gobierno estatal y federal para combatir estas conductas que son una constante histórica en entornos de incertidumbre política y económica.