Septiembre es el mes más importante para los artesanos pirotécnicos de San Mateo Tlalchichilpan, localidad ubicada en Almoloya de Juárez. Ellos han brindado identidad al Estado de México a través de la elaboración de pirotecnia.
Después de dos años de la cancelación de las fiestas patrias por la pandemia, este 15 de septiembre los artesanos visibilizaron los castillos, cohetones, toritos, pirotecnia musical, chiflones y juguetería que elaboran.
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Los toritos
Agustina Ríos –artesana pirotécnica desde hace 30 años– elaboró los tradicionales toritos y castillos, importantes artesanías de San Mateo Tlalchichilpan.
Desde muy temprano su esposo comenzó a trabajar arduamente en la realización de castillos. Mientras que ella se dedicó a pintar y agregar luces a los toritos.

Agustina y su familia elaboraron “una obra de arte”: un torito de 3 metros de largo aproximadamente, que fue quemado este 15 de septiembre en la noche mexicana.
“Reciclamos el papel que teníamos y con eso lo elaboramos. Es una artesanía porque hay que pintarlo y armarlo. El toro gigante se elaboró para la venta que es más utilizado en los carnavales, en las procesiones también, incluso los ocupan para concursos. En este caso es para la noche [mexicana]”.
El costo depende de tamaños y elaboración. Pero un torito se vende en 700 y 800 pesos.
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Lo difícil del mes
Durante la pandemia, la forma de venta cambió, las fiestas patronales dejaron de realizarse. Los eventos y conciertos fueron suspendidos. Por lo que el negocio familiar de Agustina se vio afectado.
“Con lo de la pandemia todo va evolucionando. Entonces, ahora somos artesanos dedicados más a la pirotecnia de juguetería […] porque se suspendieron las fiestas”, explicó.
Aunque no se han recuperado al 100% en sus ventas, siempre buscan la forma de innovar y que el cliente esté satisfecho.
“A nosotros, como artesanos, nos favorece porque vendemos nuestros productos que nosotros mismos elaboramos. Lo que lleva el toro, el huacal, luces lo elaboramos. Pero los toros se venden más”.