Coatepec Harinas se pudrió desde hace años como buena parte del sur del Estado de México. El Estado allí ha fallado, gobernabilidad y gobernanza son entelequias. Corrupción política, pobreza, crimen organizado, inseguridad ciudadana y pérdida de control del territorio o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza. La toma del palacio municipal por una turba armada no es causa, sino efecto. No fue una casualidad, menos en tiempos electorales.
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El alcalde de Coatepec, el priista Toño Díaz, es lamentable. Papanatas, le dicen algunos por su falta de autoridad y carácter. Los compromisos que tuvo que hacer para llegar a la presidencia le atan de manos, vendió su alma al diablo y hoy todo el pueblo paga las consecuencias. Lo que mal empieza, mal acaba.
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La salida de Leopoldo Pavón era predecible. Llegó a la jefatura de policía por capricho del alcalde Raymundo Martínez, quien le entregó la seguridad de los toluqueños como premio por sus servicios como instructor de equitación. Pero la crisis de seguridad en Toluca viene de lejos y todos los partidos en el gobierno de la capital han fracasado, lo mismo PAN que PRI o Morena. Juan Rodolfo, María Elena Barrera, Martha Hilda, Fernando Zamora, otra vez Juan Rodolfo —ahora disfrazado de morenista— y Raymundo, todos han sido un fiasco.
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Gustavo Cárdenas no olvida cómo fue defenestrado por el actual grupo en el poder. Lo echaron de la coordinación de la bancada mexiquense en la cámara de diputados federal, por hablar de más, según le hicieron saber. Gustavo es un político de larga trayectoria y un empresario con muchísimo dinero que está a la espera de poder cobrar los agravios, en especial con Elías Rescala que operó gustoso su caída.
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Alejandra del Moral tiene desde hace bastante declarado en su manifestación de bienes el departamento en Polanco. Es fácilmente corroborable en documentos públicos. Nunca ha tenido una observación por esa propiedad legítima. La guerra sucia y los golpes bajos están en los dos lados. Los partidos se llevan pesado.