Sálvese quien lea

  El otro día, la muerte   El nombre de Maruxa Vilalta está íntimamente ligado al mundo escénico: ganadora del Premio Nacional de Teatro, su obra dramática se tradujo al inglés, al francés, al checo, al catalán y al italiano, y fue representada en múltiples lugares de México y del extranjero. TE PUEDE INTERESAR Conmemoración, […]

 

El otro día, la muerte

 

El nombre de Maruxa Vilalta está íntimamente ligado al mundo escénico: ganadora del Premio Nacional de Teatro, su obra dramática se tradujo al inglés, al francés, al checo, al catalán y al italiano, y fue representada en múltiples lugares de México y del extranjero.

Pero también incursionó en la narrativa, y muy bien; prueba de ello es el volumen de relatos cortos “El otro día, la muerte”.

En las tres primeras historias, “Diálogos del narrador, la Muerte y su invitado”, “Romance de la Muerte de agua” y Aventura con la Muerte de fuego”, la convidada de piedra no es otra que la propia fatalidad, personaje-mujer que impregna de erotismo la narración, y borda todo con un toque onírico que nos lleva a vislumbrar esa veta surrealista que siempre impregnó su oficio.

En el último relato, “Morir temprano, mientras comulga el general”, la muerte planea por sobre todo el espacio: es una constante presencia que inunda el aire con su cruda y terrible realidad. Todos, absolutamente todos, estamos condenados.

Me gustaría retomar las palabras finales del prólogo que redactó la propia Vilalta, pues son un claro ejemplo del tono y el impacto de su obra: “A los invitados de la muerte, a los gatos verdes hechos de helechos erizados, a los dedos de niños muertos que puede encontrar quien bien busque entre la hierba, a los muñecos-vivos-de-celuloide a quienes mató la guerra, a los soldados que se arrastran hacia arriba de sus colinas, a Macbeth que desde la torre de su castillo vigila, los he abandonado (…). Que sepan perdonarme. Vuelvo a ellos en las páginas siguientes. Regreso a la única verdad que a este libro atañe y que es la ficción. Ficción que puede ser la muestra más fiel de la realidad cotidiana…”.