El magistrado Ricardo Alfredo Sodi Cuellar ha decidido hacer pública su aspiración a presidir el Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de México. A través del sitio en internet http://ricardosodi.mx/ presenta su propuesta 20-25 con la que pide abiertamente a sus compañeros magistrados le apoyen. En el circuito judicial como en el académico y de la abogacia se habla muy bien de él, es un profesional de alto perfil y excelente prestigio. Apenas el año pasado recibió de manos del gobernador Alfredo Del Mazo la Presea Estado de México “Isidro Fabela”, al mérito cívico; un año antes, en 2017, el gobierno de la república, encabezado todavía por Enrique Peña, le impuso la condecoración al mérito académico. Sodi, director de la Facultad de Derecho de la Univesidad Anáhuac, parecería que tiene ligera ventaja sobre los magistrados Vicente Guadarrama y Enrique Vega, quienes tambien quieren ser presidentes.
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Las cosas en el Poder Judicial están cambiando, al menos en la forma. El proceso abierto de elección de su presidente es un paso adelante en transparencia. El Poder Judicial tiene procesos políticos, éste es uno de ellos, aunque los puristas se empecinen en calificarlo como un asunto de carácter técnico. Colocar en la deliberación pública la forma en que se autogestionan los magistrados y eligen a sus representantes y administradores, es vencer las resistencias. Esa es una buena noticia.
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Aunque se trata de un asunto privado, en el contexto actual y como está la correlación de fuerzas al interior del gobierno municipal de Metepec y cómo se modificará a partir de este evento, es imposible no dejar registro de la reciente boda entre la alcaldesa Gabriela Gamboa y el abogado Luis González Rivera, su ex coordinador para la transición, principal asesor y pareja sentimental. Las nupcias y su celebración se llevaron a cabo en la hermosa y extensa propiedad que tiene el abogado en Cacalomacan, según cuentan algunos invitados.
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Al que le ha sido muy complicado gobernar es al alcalde de Tlalnepantla, Raciel Pérez. Las resistencias e inercias de intereses creados que tiene que vencer son monumentales y en no pocos casos el poder no le alcanza. Le ha faltado sapiencia y fuerza, y le sobran adversarios inescrupulosos. El pueblo, en términos generales, no está satisfecho con su gobierno, menos contento, quizá por eso hay quien desde hoy apuesta a que la siguiente elección perderá allí MORENA. ¿Será?
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El despertar mexicano a la realidad en Culiacán podría ser la oportunidad para reflexionar sobre lo que sucede desde hace años en el sur mexiquense, donde el crimen organizado ha sustituido al Estado. Para empezar, sería muy saludable conocer en público el testimonio de los alcaldes de Almoloya de Alquisiras, Amatepec, Coatepec Harinas, Donato Guerra, Ixtapan de la Sal, Ixtapan del Oro, Luvianos, Malinalco, Ocuilan, Otzoloapan, San Simón de Guerrero, Santo Tomás de los Plátanos, Sultepec, Tejupilco, Temascaltepec, Tlatlaya, Tonatico, Tenancingo, Texcaltitlán, Villa Guerrero, Valle de Bravo, Zumpahuacán, Zacualpan y Zacazonapan, de cómo han tenido que sortear el poder del narco. Es una desgracia de la que nadie se atreve a hablar.