*Sin sorpresas para nueva Fiscalía
*Sánchez Gómez enviado de Los Pinos
*Un premio transexenal
*La oportunidad histórica
*A romper el círculo vicioso
*El winter blues canadiense
Ottawa, Canadá.- Salvo una sorpresa mayúscula, Alejandro Sánchez Gómez, actual procurador de Justicia, se convertirá este viernes con la aprobación de los diputados la LIX Legislatura local, en el nuevo Fiscal General del Estado de México para los próximo 7 años. Antes de que el gobernador enviará la terna, su nombramiento ya estaba concensuado con los partidos.
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Políticamente, Sánchez Gómez está muy bien arropado. En 2014 lo enviaron desde Los Pinos al Estado de México a sustituir en la Procuraduría de Justicia a Miguel Ángel Contreras Nieto, un hombre honesto y de sólida formación académica que lamentablemente no pudo con el paquete. Gómez no lo hizo mucho mejor que Contreras, las cosas siguen igual o quizá peor.
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Poco a poco el procurador se fue metiendo en el ánimo del gobernador Eruviel Ávila, quien no lo conocía hasta días antes de su nombramiento. Un capítulo que los unió, fue la matanza del Ejército en Tlatlaya, allí se selló la alianza política, que hoy sea quizá la principal razón por la cual Sánchez Gómez es premiado con la Fiscalía transexenal.
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Lo ve bien el presidente Peña y su equipo, el gobernador, el Ejército y la PGR. Con la garantía de un nombramiento por 7 años y una autonomía un tanto borrascosa, Alejandro tiene ante sí la oportunidad histórica de modificar las cosas para bien… o para mal y de plano tocar fondo de frente a una sociedad que tiene como uno de sus principales reclamos justicia eficaz, pronta y que alcance no sólo para castigar al culpable sino para reparar el daño a la víctima.
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Este nuevo Fiscal será pieza fundamental para el buen funcionamiento de nuevo sistema penal acusatorio que sigue en ciernes. Está obligado a romper el círculo vicioso procesal de las malas investigaciones y pésimas acusaciones que derivan en impunidad. Por el bien del Estado de México, ojala que le vaya muy bien, no hay más que hacer que vigilar su trabajo y exigirle.
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Acá, en Canadá, las cosas pasan lento. Las noches empiezan a las 5 de la tarde, la nieve no deja de caer ni la temperatura de descender. El “Winter Blues”, tristeza de invierno o trastorno afectivo estacional (SAD) pega a todos. La gente duerme más, se guarda más en sus casas, sale poco, se apaga. De aquí hasta marzo todo es calmo. Zzzz.