Trabajo precario y falta de democracia en planteles de la UNAM en Edomex

Trabajo precario y falta de democracia en planteles de la UNAM en Edomex
De acuerdo con la Ley Interna de la máxima casa de estudios, las votaciones de la comunidad universitaria en la elección del rector y directivos no existen

Alumnos y profesores de la Fes Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México se han organizado frente a la falta de procesos democráticos y transparentes que afectan la calidad de la educación en este plantel.

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“En próximas semanas va a ser elegido el próximo director o directora, pero no voy a poder votar, un alumno de la FES Cuautitlán no va a poder votar, un trabajador no va a poder votar, es decir no hay democracia en la FES, tampoco en la UNAM”.

Son palabras de Víctor Alejandro Rosales profesor de la FES Cuautitlán en el Estado de México, quien imparte materias relacionadas con economía. El catedrático considera que la falta de democracia es una de las problemáticas más fuertes en su plantel y en toda la Universidad Nacional.

De acuerdo con la Ley Interna de la máxima casa de estudios, las votaciones de la comunidad universitaria en la elección del rector y directivos no existen. El rector es definido por la Junta de Gobierno, mientras que los directores de las facultades son designados con la intervención del rector, el Consejo Técnico y la Junta de gobierno.

UNAM sin democracia

Esta falta de democracia que Víctor Rosales denuncia en entrevista, también afecta otros ámbitos de la institución como son  la asignación de plazas:

“Se tendría que cambiar la forma de ingreso a la facultad, dejar esta dinámica de que entren a partir de que es mi cuate y empezar un proceso fuerte de selección (…), democratizar los procesos de oposición hacerlos parejos, hemos tenido procesos donde no gana el más capacitado sino el que fue consejero técnico, el que es amigo del director; sigue permeando en la FES Cuautitlán este proceso de amiguismo y corrupción para tener una plaza”.

Los planes de estudio también se ven afectados, no se definen con la intervención directa de los académicos y en el Edomex no están vinculados adecuadamente con la realidad de los municipios aledaños.

Debe haber una posición crítica y de conexión de los municipios que nos atañen, acá nos atañe la realidad de Cuautitlán Izcalli, de Teoloyucan, Coyotepec (…) los convenios deben ser con la gente, las colonias, las comunidades”, expresa el profesor.

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A esta realidad se suma la falta de rendición de cuentas, en donde medios de comunicación y el propio presidente de la república han puesto énfasis.

Por su parte, los universitarios han «exigido, desde hace, tiempo que se rindan cuentas, que se está haciendo con el dinero de la UNAM, ¿por qué los salarios están precarizados?”, señala Víctor Rosales quien hace el llamado a que el gobierno federal contribuya a cambiar la situación y realice una profunda auditoria a la institución.

Situación geográfica de la Fes profundiza la represión

La Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán tiene cerca de 17 mil alumnos y es uno de los planteles más grandes e importantes de esta institución; está rodeado por un cinturón industrial de muy difícil acceso, donde el transporte y la alimentación son caros y la inseguridad permanente.

Además, se encuentran geográficamente alejado de la capital del país y de la Ciudad Universitaria unamita, lo que genera una disparidad entre los docentes de los diferentes espacios educativos.

A esta situación se suma un centralismo presupuestario y  una visión de “superioridad” al interior de la Universidad, según señala al académico Víctor Rosales.

En este contexto, Mario Mendoza ––estudiante del posgrado de Ciencias Sociales y miembro del Comité Ejecutivo del Consejo de Representantes Estudiantiles de la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán–– añade que existe una mayor vulnerabilidad a sufrir represión para quienes protesten por las políticas antidemocráticas y la precariedad laboral.

Precariedad laboral

Ambos universitarios han sido participes del movimiento #UNAM No paga, un proceso que mantiene protestas en la universidad y generó paro de actividades en 21 planteles y escuelas.

Los manifestantes demandaban estabilidad laboral; pago y salarios más justos para la plantilla docente, y democracia al interior de la UNAM.

“La categoría A que es la que tenemos la mayoría de profesores. Ese salario por hora ronda los 100 pesos, sin importar el campus se otorga así (…). Ahora bien, no es que los profesores tengamos 20 o  30 horas, el promedio es que los profesores tienen 8 horas a la semana. Si hacemos un cálculo, el salario promedio al mes es aproximadamente de 2 mil a tres mil pesos, monto por debajo del salario mínimo”, cuestiona el profesor en economía.

De acuerdo con SinEmbargo, el 70 por ciento de académicos se encuentran en esta situación, y se agudizó con las clases virtuales durante la pandemia por covid-19.

“Uno tiene que preparar las sesiones, una estrategia, dinámicas, en la modalidad virtual se tienen que utilizar internet la luz, el centro de trabajo se traslado al hogar y la UNAM no ha pagado estos servicios ni la infraestructura como tablets, celulares y computadoras como ya está establecido en la ley”. 

Represión

Esto llevó a la comunidad universitaria a protestar; sin embargo, se enfrentan a medidas intimidatorias por parte de las autoridades universitarias.

 “Una vez que terminan los paros en mayo de este año, la autoridad empezó a reprimir, tenemos 10 profesores despedidos en FES Acatlán, profesores despedidos en CCH Naucalpan (…) en la FES Cuautitlán también tenemos un compañero citado en el tribunal universitario y aparte hostigamiento hacia mi persona por ejemplo”, explica Mario Mendoza.

A pesar del hostigamiento que ha recibido mantiene su participación en el movimiento  y considera que es necesario pasar a la organización permanente, en busca de la democracia y la transformación de la institución.