Una voz que clama justicia por su hija y otras víctimas, el padre de Debahni Escobar

Una voz que clama justicia por su hija y otras víctimas, el padre de Debahni Escobar
Como esos dibujos es como la sociedad mexicana quiso que fuera la última foto de Debanhi.

¿Cómo te gustaría que fuera la última foto de tu hija si un día la asesinaran? Probablemente en un gran número de asesinatos de mujeres que ocurren en México, la última foto que se conoce de ellas es la que se utiliza en su ficha de búsqueda previa a hallar su cuerpo.

En el caso de la joven de 18 años, Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, originaria del municipio de Apodaca en el estado de Nuevo León, hay un par de imágenes de la última vez que se le vio con vida, el 8 de abril de 2022.

La joven era estudiante de Derecho e hija de dos maestros, Mario Escobar y Dolores Bazaldúa. El 9 de abril de 2022, un día después de perder contacto con Debanhi, Mario comenzó una intensa búsqueda de su única hija. 

La foto en primer plano de la joven, quien vestía una blusa azul, se difundió ampliamente en redes sociales y en pesquisas pegadas por diferentes puntos del estado de Nuevo León.

Debanhi Escobar desapareció después de asistir a una fiesta con amigos al municipio de Escobedo. Durante su viaje de regreso a las 4:17 horas del 9 de abril, la joven bajó del taxi en que iba, en el kilómetro 15.5 de la carretera de Monterrey-Nuevo Laredo.

En ese punto, el conductor le tomo una fotografía que envió a las acompañantes de Debanhi. 

Conforme iba creciendo la desesperación de Mario por encontrar a su hija, también la indignación por los hechos se agrandaba a lo largo del país, al igual que las protestas y manifestaciones que exigían su aparición con vida.

Lo mismo que la fotografía de Debanhi, la imagen de su padre Mario fue apareciendo cada vez más en esos días en diferentes espacios. Aquel semblante de angustia con el que daba entrevistas conmovió a la sociedad mexicana que se sumaba a sus exigencias.

Tras 13 días de búsqueda, aquella zozobra se convirtió en desconsuelo, cuando a las afueras del Motel Nueva Castilla, Mario Escobar declaraba “mi hija está muerta y no sé qué hacer”.

Habían encontrado el cuerpo de Debanhi en una cisterna del lugar, cercano a donde el taxista tomo la última foto de Debanhi. El mismo lugar donde días antes autoridades estatales habían cateado sin hallar evidencia. 

“13 días aquí, ¿cuántas veces estuvieron aquí?, ¿cuántas veces?”, reprochaba ante los medios Mario Escobar a los policías de investigación de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León.

Misma fiscalía, que días después del hallazgo del cuerpo, filtró, de acuerdo con denuncias del mismo padre de Debanhi, más imágenes de la joven, la noche de su desaparición.

En esos videos se ve a Debanhi Intentando buscar auxilio y solicitar ayuda en una compañía de transporte ubicada en la zona. Al no encontrar a nadie presente, decidió dirigirse al motel Nueva Castilla. 

A las 4:35 horas del 9 de abril, se le observa ingresando a las instalaciones del motel, aunque nadie responde en la recepción, por lo que la joven deambula por los espacios del establecimiento, donde finalmente fue encontrada.

No más respuestas inmediatas 

El 23 de abril, el funeral de Debanhi Escobar fue realizado, ya entonces la fiscalía estatal tenía la versión que la joven había caído a la cisterna y falleció por la contusión. Versión que fue rechazada por Mario y su esposa, al igual que la mayoría de los avances que presentaban las autoridades estatales. 

Las negligencias en la investigación continuaron, al punto que Mario y su esposa Dolores tuvieron que contratar a un nuevo grupo de expertos forenses, los cuales confirmaron que la causa de su fallecimiento fue “asfixia” y no una lesión craneal profunda. 

El 13 de mayo de 2022, los padres de Debanhi fueron recibidos por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien les prometió justicia para su hija. Tras dicho encuentro, las investigaciones se fueron separando cada vez más de las autoridades estatales hasta que en septiembre de ese año la Fiscalía General de la República (FGR) se hizo cargo del caso.

A más de ocho meses, la desesperación con que Mario buscó a su hija Debanhi se ha convertido en resiliencia para seguir levantando la voz por su hija. 

“Hemos aprendido a ser resilientes y a ser tolerantes, de alguna manera tener esa empatía que tiene la gente con nosotros y practicando mucho los valores, pero con la misma posición de seguir buscando quien le hizo esto a Debanhi”, declara en entrevista con AD Noticias.

A pesar de las trabas, las mentiras y negligencias que se cometieron en la investigación del feminicidio de Debanhi, Mario Escobar confía en las autoridades mexicanas y en la palabra que le dio el presidente de la República.

“Tengo que tener la confianza en las autoridades, como me lo pidió Andrés Manuel López Obrador, que siguiera con la confianza y que tuviera un rumbo diferente a lo que pasó en Nuevo León y tratar de llegar a encontrar a los presuntos o al presunto”, comenta.

Pero hasta el momento quien más confianza y apoyo demostró al papá de Debanhi fue una colectividad, los ciudadanos, organizaciones de mujeres y víctimas que lo acompañaron en su primera búsqueda en las inmediaciones, donde la joven descendió del taxi que la llevaría a salvo con sus papás.

Días después del funeral de Debanhi protestas y manifestaciones se desencadenaron en distintas partes del país para expresar la indignación por su asesinato y el de miles de mujeres más.

En Monterrey, Ciudad de México, Puebla, Chiapas, Estado de México se replicó la misma indignación que tenía Mario Escobar tras el feminicidio de Debanhi. Un año después de su feminicidio, tampoco lo dejaron solo y respaldaron en las movilizaciones que hubo en Nuevo León.

“Tengo agradecimiento nada más, porque es una forma de empatizar con nosotros y que nosotros con ellos tener el mismo acompañamiento que nos dan. Desde nuestra trinchera tratar de apoyar a todos aquellos que nos hablan y que nos piden alguna experiencia”, externa.

Mario sabe que la vida ha cambiado desde que ya no está Debanhi, hoy son solo su esposa y él. Lo que no cambia son las ansias por hallar justicia, “nosotros seguimos siendo los mismos desde que nos entregaron a nuestra hija”, comparte. 

Estrellas y una carretera

Pero en medio de esa incertidumbre también ha encontrado algunas certezas, como que la resiliencia y empatía los ayuda a continuar. Por eso colabora con otras víctimas de desaparición y feminicidio, les comparte sus aprendizajes, pues dice “nosotros ahorita no tenemos nada que perder, ya perdimos lo más querido”.

También les enseña que hay poderes más allá de los políticos y gubernamentales, les recuerda que los derechos están por encima de cualquier institución.

“Que no se dejen y que levanten la voz y que pidan sus derechos que tienen para poder llegar a la verdad que tanto buscamos nosotros y que no se callen”, manda como mensaje. 

Y Mario Escobar no calla. No lo hizo cuando desapareció su hija, no lo hizo cuando pedía ayuda en entrevistas, no lo hizo frente a los policías que tardaron 13 días en encontrar a Debanhi, ni ante las autoridades estatales. Tampoco calló frente al presidente de la República y mucho menos frente a quienes usaron la muerte de Debanhi como espectáculo.

“Hemos cuidado tanto el caso que por eso estamos aquí, en ese sentido no tengo ningún problema en decir lo que tengo que decir y en ventilar lo que tengo que ventilar y en señalar lo que tengo que señalar”, asegura.

De pie, a un costado de la carretera, tenis negros, con una falda café, blusa blanca sin tirantes, bolsa de mano y cubrebocas negro. De fondo, matorrales y lo que parecen ser árboles, sobre un manto de una noche negra, así fue la última foto de Debanhi.

Una imagen que Mario, su padre ahora tiene como foto de perfil en redes sociales desde donde informa avances en el caso, anuncios y donde expresa todo aquello que no puede guardar.

Pero la imagen ya no es una foto, ahora es un dibujo, uno de tantos que usuarios de redes, que otras jovenes, demás personas transformaron para honrar la memoria de Debanhi Escobar. Le pusieron colores, brillo, destellos y estrellas, ahora la joven ya no parece rodearse con los brazos como si tuviera miedo, ahora luce como un abrazo propio.

Como esos dibujos es como la sociedad mexicana quiso que fuera la última foto de Debanhi.

Un nuevo estandarte 

Mario Escobar también ha aprendido a ser tolerante, “tienes que ser muy tolerante para poder entender toda esta situación y poder manejar esta situación muy desafortunada”, expresa.

Y es que así como aparecieron decenas de aliados para exigir justicia, también personas se pusieron en contra de dicho objetivo, empezando por las mismas autoridades o personajes públicos que hicieron mofa de la tragedia. 

Por eso, ahora Mario asegura que es muy sigiloso en su lucha sin dejar de lado su fortaleza de expresarse.

“Me siento tranquilo porque son derechos que tenemos como ciudadanos, eso lo platicábamos mucho con Debanhi y a ella le gustaba mucho todo esto. 

“Por eso adoptamos esta bandera de poder decirle a la gente que pasa por este tipo de situaciones, que es lo que se debe de hacer, cuando contestar sí, cuando contestar no, cuando contestar quién sabe, cuando no querer contestar porque son derechos que nosotros tenemos como ciudadanos”, comenta.

Mario Escobar entiende que en México hay miles de casos de feminicidio como el de su hija, pero no todos los padres conocen la ruta para exigir justicia. Por eso aceptó tomar la batuta y además de no callar por su hija, también lo hace por todas las víctimas,

“Es agarrar ese estandarte y decirle a las autoridades que sí pueden hacer bien las cosas para que toda la ciudadanía vuelva a creer en esas instituciones públicas que han dejado mucho que desear”, afirma.

Y es que en México desde 2015 cuando se tipificó el feminicidio se han contabilizado más de 6 mil casos. Pero más allá de las cifras oficiales, las muertes que han perdido la vida de manera violenta son muchas más. 

Como lo documenta el trabajo periodístico Las muertas que no se ven, existe un sub registro de casos por parte de las fiscalías estatales. Solo alrededor del 20 por ciento de las muertes violentas de mujeres se tipifica como feminicidio. 

Asimismo, la periodista Valeria Durán ha documentado en la investigación, Más feminicidios y menos condenas, también de su autoría, que “en los últimos diez años se han registrado siete mil 246 feminicidios y menos del 25% de esos crímenes ha terminado en una sentencia condenatoria. En México, la impunidad en los delitos de feminicidio es del 76 por ciento”.

Detalla que de los 7 mil 246 feminicidios ocurridos desde 201, solo se iniciaron 5 mil 700 carpetas de investigación, pero en el país unicamente se han detenido a 2 mil 652 sospechosos, “pero al final solo se han dictado mil 690 condenas irrevocables por el delito de feminicidio, a la par que se han dictado 262 sentencias absolutorias.

Esto significa que solamente el 23.32% de los feminicidios terminan en una sentencia condenatoria”, explica el reportaje.

Por ello, Mario Escobar es sigiloso con los detalles de la investigación sobre el feminicidio de Dabanhi. A ocho meses de que la FGR se hizo cargo de la investigación aunque “hay mucha tela de donde cortar”, acepta que los avances son pocos.

“Hemos sido en ese sentido muy cuidadoso en decirlos porque los peritajes siguen avanzando y de alguna manera tenemos la incertidumbre de todo lo que ellos podrían estar trayendo”, comparte.

Mario y su esposa viajan regularmente de Nuevo León a la Ciudad de México para recibir informes por parte de la fiscalía. Continúan colaborando con las autoridades a la espera de algún avance que de tranquilidad a su familia, que es una de las miles que la buscan.

Mario Escobar no calla ante la injusticia, levanta la voz por su hija y por más mujeres asesinadas en México, aunque a el grito por exigir justicia también ahogue un poco su dolor interno. A pregunta expresa sobre qué extraña de Debanhi, el señor Mario prefiere guardar silencio.

“Eso ya me lo reservo yo. Ahorita estoy enfocado en buscar su justicia y con todo respeto eso me lo reservo, porque yo sé lo que tenía”, contesta.