Así fue la debacle del PRI en México y la expansión de la 4T

Así fue la debacle del PRI en México y la expansión de la 4T
El panorama político en México ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, especialmente a partir de 2015, cuando Morena, el partido liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, comenzó a ganar terreno en el mapa político del país

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha experimentado una notable caída en su poder político desde la asunción de Alejandro Moreno, conocido como Alito, en agosto de 2019. En ese momento, el partido ya había perdido la presidencia del país ante Andrés Manuel López Obrador, pero aún mantenía el control en 12 estados, consolidándose como la fuerza política dominante a nivel estatal.

Sin embargo, esta imagen de influencia estatal ha llegado a su fin. Tras las elecciones del pasado domingo 4 de junio, y la pérdida de su bastión más grande –el Estado de México– el PRI solo logrará gobernar en dos estados: Durango y Coahuila. Es importante destacar que estos triunfos fueron posibles gracias a coaliciones con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque los candidatos pertenecieran al tricolor.

En tan solo cuatro años bajo el liderazgo de Alejandro Moreno, el PRI ha perdido 11 gubernaturas, mantenido una y obtenido una. La debacle actual del partido comenzó con la derrota en las elecciones presidenciales de 2018, cuando su candidato José Antonio Meade obtuvo solamente el 16.4% de los votos, quedando en tercer lugar.

Este rápido declive del PRI demuestra un cambio significativo en el panorama político mexicano y plantea interrogantes sobre el futuro del partido. Atrás quedaron los tiempos en que el PRI era la fuerza política dominante en el país y a nivel estatal. Con la pérdida de gubernaturas y su reducido papel en la toma de decisiones, el PRI se enfrenta a un desafío importante para recuperar su relevancia política y reconstruir su imagen ante el electorado.

Morena y la debacle del PRI

El panorama político en México ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, especialmente a partir de 2015, cuando Morena, el partido liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, comenzó a ganar terreno en el mapa político del país. Mientras tanto, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) han visto reducida su presencia, conservando menos de la mitad de las entidades federativas.

En 2015, el PRI y sus coaliciones gobernaban en 19 entidades, incluyendo Coahuila y el Estado de México. El PAN tenía el control en seis estados, mientras que el PRD gobernaba en cuatro. Movimiento Ciudadano, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y un candidato independiente también tenían el gobierno de una entidad cada uno. Por su parte, Morena recién había obtenido su registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral (INE) un año antes.

Sin embargo, para el año 2023, el escenario político ha cambiado en favor de la izquierda representada por Morena. A partir de las elecciones del 4 de junio, el partido del presidente tiene el control en 21 de las 32 entidades federativas del país.

Estos estados son: Estado de México, Ciudad de México, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Nayarit, Zacatecas, Tamaulipas, Colima, Michoacán, Guerrero, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo.

Este cambio refleja la consolidación de Morena como la fuerza política dominante en el país, mientras que el PRI, PAN y PRD han perdido terreno en la toma de decisiones a nivel estatal. Es un indicador importante de la transformación política que ha tenido lugar en México en los últimos años y marca un nuevo equilibrio de poder en el panorama político del país.