¡El árbitro electoral no es malo, es maleta!

¡El árbitro electoral no es malo, es maleta!
Los partidos políticos se benefician de las lagunas legales que ellos mismos, a través de la inacción o complicidad de sus legisladores, propician

Para el ciudadano común y corriente, «el cuerpo arbitral en materia electoral» está compuesto a nivel federal por el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; a nivel local, por el Instituto Electoral del Estado de México y el Tribunal Electoral del Estado de México.

La mayoría de la ciudadanía no distingue de competencias y no debería ser su preocupación, si el «cuerpo arbitral» cumpliera su función eficientemente.

La tarea del «cuerpo arbitral» debiese ser garantizar la transparencia, la equidad en la contienda, el respeto a la normatividad, sancionar las fake news, la guerra sucia, facilitar que los ciudadanos que quisieran participar sin formar parte de un partido lo pudieran hacer, no permitir la utilización de menores de edad en reuniones partidistas, impedir la manipulación a cargo de los medios de comunicación, la ilegal participación de servidores públicos cargando los dados y un largo etcétera.

Un ejemplo de la desafortunada realidad es la elección del Estado de México. Lo que ha pasado en resumen es que:

  • Por lo complicado de los requisitos, ningún candidato ciudadano se pudo registrar.
  • Sin importar la evidente publicidad en bardas y espectaculares, con la complicidad de medios de comunicación (o quienes aparentan serlo), no habrá sanción alguna.
  • A pesar de la utilización descarada de alumnos para rellenar un mitin partidista, no habrá sanción alguna.
  • Aun con la inocultable existencia de fake news y guerra sucia en redes, no habrá sanción alguna.
  • Aunque quedó denunciada la participación de servidores públicos de nivel directivo de manera evidente y facciosa, no habrá sanción alguna.
  • Un partido político olímpicamente puede decidir no participar, parece que no fuese una institución de interés público. Que se beneficie de los impuestos de todos es lo de menos.

Los partidos políticos se benefician de las lagunas legales que ellos mismos, a través de la inacción o complicidad de sus legisladores, propician. Todos se avientan la pelota.

El cuerpo arbitral en materia electoral es caro y malo; bueno, para ser claros, no es malo, es maleta.

Un cuerpo arbitral rico, que no sanciona las faltas de los jugadores, es parte del problema, no de la solución.

Trágicamente, el único que pierde es el ciudadano. Por ello, no debemos dejar de alzar la voz, no es un destino manifiesto que los tramposos ganen. Todo lo que ya se comprobó que no funciona debiese ser cambiado; no más intocables.

El sistema está colapsado, el primer paso es votar el próximo 4 de junio, y si es masivamente mejor. No será un fin, pero sí puede ser un buen principio.