La materia gris en el equipo de Alejandra del Moral es el exgobernador César Camacho, quien inteligentemente opta por el bajo perfil agazapado en su cubículo del Colegio Mexiquense. Es el hombre de las ideas, del programa. Pocos con su experiencia y relaciones políticas, Camacho es gozne de oro entre el delmacismo y los otros grupos.
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Es cuestión de tiempo para que, sabida la importancia del doctor Camacho como gurú político de la señora Del Moral, en redes empiecen a refrescar señalamientos anteriores sobre su gusto por los relojes caros, su vitivinícola Hilo Negro y hotel en el Valle de Guadalupe. Se lanzarán duro contra él para desprestigiarlo a partir de los asuntos no aclarados sobre su supuesto espectacular enriquecimiento.
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Ernesto Nemer nada más no se deja ver ni oír. Opta por el silencio frente el barullo sobre la encomienda menor que le asignaron en la estructura de la coordinación para la llamada Defensa del Estado de México. No ha dicho nada para bien ni mal. De hecho, hay quien duda de que haya aceptado el cargo. Sería bueno que el exsecretario general de Gobierno y exaspirante a la gubernatura expresara públicamente qué es lo que piensa y siente.
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El senador Higinio Martínez no tiene un pelo de tonto y, además, tiene un colmillo muy retorcido. No desgajará a Morena en el Estado de México. Él y sus seguidores, que no son pocos y están ubicados en posiciones estratégicas, se mantendrán unidos dentro de la 4T con Delfina Gómez. Higinio entiende que en ningún otro lugar tendría lo que tiene en Morena.
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Juan Zepeda está confiando en que MC sostendrá la decisión de hacerlo candidato a gobernador. Lo fue en 2017 bajo las siglas del PRD y no lo hizo tan mal. Logró poco más de un millón de votos, quedando en tercer lugar. Las probabilidades de que Zepeda gane la elección en 2023 son de 00.01 por ciento. Lo sabe, pero su participación no es para ganar el gobierno, sino para impedir que triunfen Delfina y Morena.