“Fraude del vómito” mancha a Uber

Toluca, México; 23 de julio de 2018. La empresa de transporte privado Uber se ha visto envuelta en otra polémica de seguridad al cuentahabiente luego de que se haya hecho de conocimiento público que diversos usuarios han denunciado que algunos conductores están recurriendo a una nueva trampa para cobrar más por el servicio y en […]

Toluca, México; 23 de julio de 2018. La empresa de transporte privado Uber se ha visto envuelta en otra polémica de seguridad al cuentahabiente luego de que se haya hecho de conocimiento público que diversos usuarios han denunciado que algunos conductores están recurriendo a una nueva trampa para cobrar más por el servicio y en esta ocasión refiere a daños causados por el usuario, específicamente provocados por el supuesto de que el interior sea ensuciado por el pasajero.

Conocido como el “fraude del vómito”, conductores de la multimillonaria aplicación para smartphones que arrasó con la competencia tradicional de transporte mienten a la industria señalando que el usuario ha dañado el interior del automóvil. Una de las políticas de transporte señala que el pasajero debe cubrir un monto específico en caso de que esta circunstancia sea verdad, mismo que puede alcanzar hasta los 3 mil pesos.

La estafa se ha convertido en una artimaña popular para cobrar más por el servicio y funciona a través de denunciar al usuario por ensuciar o manchar las vestiduras del automóvil; sin embargo, el nombre escogido para denominar al fraude se reduce a que el pretexto más conveniente y usado por los choferes es que el usuario vomitó en el interior del transporte.

La empresa dice estar al tanto de la estada y que ha identificado falsas alarmas, pero el sistema de reembolso exige una serie de peripecias a través de comunicación electrónica que el usuario debe sortear para poder aclarar tanto con Uber como con su banco que se trata de un malentendido. A esto se suma que el pasajero no revisa con frecuencia los montos que se le han cobrado por viaje, lo que complica aún más la persecución de los choferes malintencionados.

Esta modalidad de fraude no es nueva en la empresa y los primeros casos se reportaron  en Estados Unidos en 2016. Del mismo modo, en algunas ciudades de Europa donde también opera la empresa se han reportado casos de “viajes fantasma”; pagos no autorizados por viajes que nunca fueron recorridos.