Linchamientos por hartazgo social y falta de autoridad

Toluca, Estado de México; 3 de octubre de 2018. Habitantes de San Andrés Cuexcontitlán se han visto en la penosa necesidad de defender su seguridad por su cuenta, indican que cada vez que denuncian un ilícito la respuesta de la autoridad es poca o nula. Sin temor, vecinos relatan que la temporada de cosecha es […]

Toluca, Estado de México; 3 de octubre de 2018. Habitantes de San Andrés Cuexcontitlán se han visto en la penosa necesidad de defender su seguridad por su cuenta, indican que cada vez que denuncian un ilícito la respuesta de la autoridad es poca o nula. Sin temor, vecinos relatan que la temporada de cosecha es aprovechada por los delincuentes para efectuar los atracos. Ya que se esconden en las milpas de maíz y de esta manera pasan desapercibidos por las autoridades.

Aseguran que han tenido que ejercer justicia a la voluntad del pueblo, ejemplo de ello fue el domingo pasado, cuando una joven fue victima de un abuso sexual  y vecinos tuvieron que defender a la mujer.

Del mismo modo, indican con recelo cómo unidades de seguridad municipal resguardan casas particulares en lugar de hacer rondines en la plaza. Dicen que el problema no es reciente y que llevan más de cuatro años denunciando, incluso recuerdan que, en esas fechas, un oficial fue quemado y creen que por ello los policías tienen miedo a defender San Andrés.

Habitantes aseguran que los delincuentes son jóvenes que hostigan a las mujeres más jóvenes, explican que los delitos más frecuentes son robo a mano armada y asaltos a transeúntes, estos últimos con mayor incidencia por las noches.

Actualmente, habitantes de San Andrés refieren que ni los delegados ni el presidente municipal hacen caso a los reclamos sociales, y por ello están dispuestos a linchar a los delincuentes, aunque hasta el momento la fuerza pública ha intervenido para impedir dichos actos.  

 

 

La impunidad

La inseguridad ha provocado distintas reacciones en los habitantes del Estado de México, desde el miedo hasta la ira, sin embargo, el caso extremo es el de aquéllos que han decidido tomar la justicia en sus manos o que, al menos, amenazan con hacerlo a través de la colocación de mantas con advertencias en sus colonias.

Aunque la indiferencia, incompetencia o complicidad de las autoridades o corporaciones policiacas no deja muchas opciones para los ciudadanos, el recurso del linchamiento lleva consigo el riesgo de la equivocación, de la ejecución por venganza o del simple y llano ejercicio del poder sin justificación válida.

La impunidad es también un elemento que impulsa el deseo de tomar justicia por mano propia, pues en muchos casos el delincuente arrestado es liberado de manera inmediata, por lo que se piensa que es mejor asegurar, mediante la lapidación pública, que el malhechor no reincida en la comisión de actos delictivos.

Al final, esta impunidad se hace extensiva porque no hay manera, ni intentos, por identificar al responsable de un linchamiento, lo que facilita la ejecución; en un círculo vicioso la delincuencia aparece y reincide sin ningún responsable identificado más que Fuenteovejuna.