Además del covid-19, la mala calidad del aire, y en especial la alta concentración de partículas suspendidas 2.5 (PM2.5), son factores que puede afectar a las personas, particularmente a aquellas con problemas respiratorios previos, dijo durante una entrevista Victor Torres Meza, director general del Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica del ISEM.
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Gracias al confinamiento social impuesto en el Estado de México para prevenir la transmisión del virus SARS-CoV2, las contingencias ambientales llegaron hasta las fiestas decembrinas de Navidad y Año Nuevo –aunque el semáforo epidemiológico volvió a rojo desde el 19 de diciembre–. “[Hay que] recordar que las contingencias ambientales se dieron por la quema de pirotecnia”, expresa Torres Meza.
El 25 de diciembre, la Red de Monitoreo Atmosférico de la entidad reportó que en San Mateo Atenco la concentración de PM2.5 alcanzó 181 puntos a las ocho de la mañana de ese día, el nivel más alto solo después del 1 de enero del año pasado, cuando esas mismas partículas llegaron a 213 puntos.
Los problemas de la mala calidad del aire en medio de una pandemia provocada por un virus que daña el sistema respiratorio no son menores: “con la presencia de covid-19 –que tiene un efecto muy semejante en las vías respiratorias, como son procesos inflamatorios– pudiera haber un incremento en asociación epidemiológica”, dijo el doctor Torres Meza.
Durante las dos contingencias registradas en el último par de semanas, las recomendaciones de las autoridades priorizaron tanto la permanencia de la gente en sus hogares, como el uso del cubrebocas –que se ha extendido también a causa de la pandemia– en caso de que salir al espacio público fuera indispensable.
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Acerca del uso de cubrebocas, el director de Vigilancia Epidemiológica de la entidad expresó que la importancia de su uso radica en el hecho de que protege la nariz y la boca, por eso “[es importante] no tocarlo y si lo usamos desechable, [hay que] tirarlo en una bolsa de forma adecuada para evitar el riesgo de que la gente lo levante o que tengamos problemas con la basura”.
Sin embargo, una vez superada la pandemia, permanecerá la mala calidad del aire en el valle de Toluca debido a la falta de políticas públicas que hagan frente al problema que representa la contaminación atmosférica.
En una entrevista que Carlos Samayoa, especialista en Transporte y Ciudades Sustentables de Greenpeace México, dio a este medio en mayo de 2020, expresó que las autoridades de los tres niveles de gobierno se han dedicado a reaccionar cuando las contingencias ambientales se han presentado. Lo que se requiere son soluciones a largo plazo.
La pandemia representa una oportunidad para que las autoridades, junto con la población, realicen acciones que mejoren el entorno. Es necesario adoptar un enfoque de recuperación justo y verde que “contribuyan a luchar contra el cambio climático y contra la crisis de salud que estamos viviendo, crisis paralelas que no pueden ser desatendidas”, expresó entonces Samayoa.