Necesaria Cumbre sobre Sistemas Alimenticios

Necesaria Cumbre sobre Sistemas Alimenticios
Los sistemas alimentarios en el mundo están en desorden

La próxima semana tendrá verificativo la Cumbre de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios. Este evento ha tenido varios años de gestación y la ONU ha tratado de hacer que converjan en él líderes de todo el mundo, en los distintos ámbitos, para sensibilizar y establecer compromisos y medidas globales que transformen los sistemas alimentarios. La pregunta es por qué sería necesario transformarlos. La respuesta es simple: los sistemas alimentarios en el mundo están en desorden, por ello conviven al mismo tiempo en el planeta la desnutrición, el sobrepeso, la falta de acceso a alimentos saludables y la expansión de los productos ultraprocesados.

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Una reciente publicación de la revista Nature confirma que hoy en día los suministros de alimentos se ven interrumpidos por olas de calor, inundaciones, sequías y guerras, además de que, tan solo el año pasado, a causa de la pandemia de covid-19, en el mundo se incrementó 15% el número de personas que padecen hambre, vaya que no tiene que comer.

Para decirlo en pocas palabras, esta cumbre tendría que servir para encontrar la manera de enfrentar tres grandes retos: erradicar el hambre, reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con la (mala) alimentación y proteger el planeta. Algunos de los indicadores de que estos problemas son de urgente resolución son los siguientes: aunque la humanidad produce hoy más alimentos que nunca antes en su historia, casi 700 millones de personas están reducidas a la hambruna. Al mismo tiempo, alrededor del planeta hay al menos 2 mil millones de personas que padecen sobrepeso y obesidad. Por si lo anterior fuera poco, el actual modelo de producción de alimentos genera casi un tercio de los gases de efecto invernadero, sí, esos que están provocando que nuestro planeta se caliente cada vez más.

Esta cumbre tendría que servir para encontrar la manera de enfrentar tres grandes retos: erradicar el hambre, reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con la (mala) alimentación y proteger el planeta.

Es la Secretaría General de las Naciones Unidas la que está convocando a esta cumbre. El evento debe servir inicialmente para dar fuerza a la discusión de los muy graves desafíos que enfrenta actualmente la especie humana. Es innegable que el actual sistema alimentario mundial necesita una renovación, tanto en las políticas como en las instituciones, así como en los frentes social, empresarial y tecnológico. Se requiere normatividad, políticas públicas, instituciones, investigación e inversiones para asegurarse de que los cambios inicien, se mantengan y articulen, entregando mejores resultados para todos y pronto.

En este espacio ya hemos comentado en varias ocasiones la serie de problemas que enfrentamos en materia de alimentación. La pandemia de covid-19 nos confirmó que la salud de un inmenso número de personas es muy frágil y ello está directamente relacionado con lo que comemos. Las comorbilidades fueron fatales en miles y miles de casos. Personas con sobrepeso, con diabetes, o hipertensión engrosaron las listas de enfermos y fallecidos por covid-19. En todo el mundo occidental ocurrió lo mismo, las cifras de decesos en países como Estados Unidos, Brasil, Italia, Reino Unido y nosotros mismos en México así lo confirman: el modo de vivir fue puesto a prueba por un diminuto virus y millones no lograron vencerlo.

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El Grupo Científico, al que se le ha encomendado la tarea de garantizar que los conocimientos que sustentan esta cumbre sobre alimentación sean sólidos, amplios e independientes, identifica siete prioridades: 1) Acabar con el hambre y mejorar las dietas; 2) Reducir el riesgo de los sistemas alimentarios; 3) Proteger la igualdad y los derechos para acceder a los alimentos; 4) Impulsar la biociencia para restaurar la salud del suelo y mejorar la eficiencia de los cultivos; 5) Proteger los recursos, la biodiversidad y las bases genéticas; 6) Fortalecer el consumo sostenible de los alimentos acuáticos y aprovechar la tecnología digital en la producción de alimentos.

De cara a los difíciles desafíos que parecen estar en el futuro de la humanidad, esta cumbre de la ONU sobre sistemas alimentarios parece indispensable para empujar en la ruta más conveniente. No sólo se aprecian en el horizonte problemas políticos, bélicos, ecológicos, sino que en un lugar neurálgico está esa agenda de la alimentación y su impronta en la salud de las personas y del planeta. Veremos los resultados y compromisos que de ella se desprendan. Tendrá verificativo el 23 de septiembre. Hay que estar atentos.