Oleada de nuevos partidos políticos ¿Necesaria?

    El último día del mes de enero del presente año se cerró el registro para aquellas agrupaciones, asociaciones e entidades de diversa índole que aspiran a obtener el registro como partido político por parte del Instituto Nacional Electoral (INE). En total se registraron 106 solicitudes. Luego, cuatro de ellas desistieron de su intento, […]

 

 

El último día del mes de enero del presente año se cerró el registro para aquellas agrupaciones, asociaciones e entidades de diversa índole que aspiran a obtener el registro como partido político por parte del Instituto Nacional Electoral (INE). En total se registraron 106 solicitudes. Luego, cuatro de ellas desistieron de su intento, así que 102 son las que continúan con los trámites, según el INE.

 

El concepto de partido político encierra algunas ideas base que conviene recordar para poner en perspectiva esta oleada de solicitudes ante el INE. La primera de esas ideas es que la sociedad sería un “todo” al interior del cual puede haber “partes”, que se conforman por maneras de pensar y vivir. Esas “partes” son las que podrían conformar un “partido” y aspirarían a influir en las decisiones colectivas sobre la vida social. ¿Cómo lo harían? Pues llegando a los puestos de poder, a los cargos públicos.

 

Otra idea que está implícita en ello es que las diferentes “partes” de la sociedad necesitan estar representadas en los órganos del Estado para hacer oír su voz, sus posiciones, sus puntos de vista y que los mismos sean tomados en cuenta a la hora de diseñar leyes, instituciones, políticas públicas, etcétera.

 

Igualmente, debido a la forma en que está organizado nuestro sistema político, esas “partes” de la sociedad necesitan organizarse para aspirar a ser registrados como partidos y participar en las elecciones que les lleven a tales posiciones de influencia en el quehacer del Estado. Y no olvidemos que, al obtener el registro, también reciben presupuesto por parte del INE para llevar a cabo sus labores. Esto también se debe a la forma en que está diseñado nuestro sistema político-electoral.

 

Bueno, si damos un vistazo al largo listado de agrupaciones que en este momento están pidiendo su registro como partidos políticos nos encontramos nomenclaturas como las siguientes: “Movimiento imperialista”, “México blanco”, “Fuerza migrante”, “Gran Mexicangm”, “Partido de la verdad”, “Fomento del sentido común para el desarrollo”, “Alianza Movimiento por la Riqueza Indígena”, “Fortalecimiento Rural Campesino”, “Asociación profesional interdisciplinaria de México”, “Frente anticapitalista de los trabajadores”, “Unidos regenerando México”, “Esquema X México”, “Gente humanista” o “Mexicanos frente a la historia”, por sólo mencionar algunos ejemplos.

 

Estos membretes algo nos señalan respecto al tipo de “partes” de la sociedad que estiman necesario que ciertas voces se escuchen en la vida pública y aspiran a ser ellos quienes las lleven a los procesos político-electorales. Destacan, por supuesto, las varias que aluden a los sectores indígena, campesino, migrante, ciudadano, trabajador, ambientalista o empresarial. Detrás de los nombres –se sabe– hay personajes de muy distinta procedencia, desde tránsfugas de partidos aún existente o que han perdido el registro de manera reciente, hasta otros que se mueven en los ámbitos religioso, vecinal, empresarial, sindical, ambientalista y varios más.

 

El proceso en el que están tiene todavía varias etapas que superar, que van desde cumplir con requisitos administrativo-documentales, hasta acreditar que hay gente a la que representan. Esto último lo tienen que mostrar con firmas, actas de asambleas, registros de asistentes, etc.

 

De esos 102 que ahora se encuentran gestionando el registro será un porcentaje menor el que lo logre. Hay que esperar a ver ello, pero mientras eso ocurre es preciso preguntarnos si de verdad necesitamos nuevos partidos políticos, si estamos dispuestos a financiar a esas “minorías” para que sus voces se escuchen y sus representantes puedan llegar a cargos públicos. Si los partidos que ahora tienen el registro siguen siendo representativos, si ya están en franca extinción o pulverización. Como sea, en los próximos procesos electorales seguro veremos nuevos partidos, habrá que ver de qué tipo y representando qué ideas.